Herramientas digitales para la economía experimental del mañana

Por Giuliana Triberti, Adrian Vargas-Lopez y Pablo Soto-Mota

Para realizar investigación experimental en economía y otras ciencias sociales es necesario contar con laboratorios en donde se pueda observar en tiempo real el comportamiento de las personas, por ello, los laboratorios en economía experimental son espacios físicos con equipos de cómputo donde los participantes, tradicionalmente estudiantes, colaboran en las sesiones previamente diseñadas.

Cuando la pandemia empezó en México, fue inevitable preguntarse cómo se podría (si es que esto era posible) trasladar estos espacios físicos al mundo digital.

Laboratorio de Economía de la Universidad de California, San Diego

Laboratorio de Economía de la Universidad de California, San Diego

Las repercusiones negativas que ha tenido el limitar el contacto entre humanos han permeado en el ámbito académico, provocando que los investigadores se las ingenien para continuar realizando estudios científicos [1]. Realizar investigación académica en medio de una pandemia que requiere distanciamiento físico es más complicado de lo que parece a simple vista. Principalmente si uno quiere realizar investigación de corte social.

Físico Vs. virtual

Desde hace algunos años, muchas actividades cotidianas se han ido adaptando al mundo virtual. De acuerdo con un estudio de la UNCTAD, la pandemia aceleró este proceso [2]. En México, no somos ajenos a estos cambios vertiginosos. Por ejemplo, ya en 2021 sabemos que algunos negocios supieron sortear el caos mientras que otros tuvieron que cerrar al no lograr ajustarse a la nueva normalidad [3].

Los laboratorios son fundamentales para la investigación experimental en economía. Un experimento en estas disciplinas se puede entender como una actividad en donde los investigadores pueden controlar al máximo el entorno en donde los participantes toman decisiones. Realizar el mismo tipo de investigación, virtualmente, provoca que muchas de esas variables estén fuera del control de los investigadores.[1]

“Una de las ventajas clave es que si logramos transitar de un laboratorio físico a uno virtual, garantizando el mismo rigor científico, los costos de llevar a cabo estos estudios se reducirían significativamente”.

Por lo tanto, una pregunta lógica que debe hacerse si queremos llevar a cabo investigación de forma virtual es si los resultados potenciales son similares a los que obtendríamos si lo hiciéramos de manera presencial.

En su artículo de investigación, Arechar, Gächter y Molleman (2017), contrastaron los resultados de un experimento físico con los resultados del mismo experimento pero llevado a cabo virtualmente y encontraron que las conclusiones eran equivalentes en ambos escenarios [4]. Los investigadores concluyeron que los resultados de hacer investigación presencial o virtual, al menos para las ciencias sociales, eran similares.

Una de las ventajas clave es que si logramos transitar de un laboratorio físico a uno virtual, garantizando el mismo rigor científico, los costos de llevar a cabo estos estudios se reducirían significativamente. Además, en un ambiente virtual es mucho más factible acercarse a personas (i.e., participantes) que de forma física serían inasequibles. Pensemos, por ejemplo, el caso en que quisiéramos conocer lo que ocurre en Tijuana y contrastarlo con lo que sucede en Monterrey o en Mérida.

Una de tantas herramientas digitales disponibles en el mercado

Ante el boom de diferentes plataformas para llevar a cabo experimentos económicos, los autores de este breve artículo optamos por la plataforma pública de oTree para crear, publicar y monitorear experimentos.[2] Entre las mayores ventajas están que es fácilmente programable utilizando una mezcla del lenguaje Python con algunos módulos en HTML. Además, tiene una interfaz amigable para aquellas personas que no están familiarizadas con ningún lenguaje de programación.

“[…] en un ambiente virtual es mucho más factible acercarse a personas (i.e., participantes) que de forma física serían inasequibles.”

Asimismo, esta herramienta se sincroniza automáticamente con el servicio provisto por Amazon Mechanical Turk (MTurk) y en cuestión de minutos es posible tener un experimento en línea disponible para que cualquier persona, sin importar su ubicación geográfica, participe. Sin embargo, herramientas como MTurk aún no son del todo adecuadas para realizar investigación con participantes en México. Es necesario pensar en soluciones alternativas en donde las universidades colaboren poniendo participantes e investigadores en contacto.

Y para muestra, un botón

En los últimos meses hemos desarrollado un experimento que pretende estudiar un fenómeno de gran relevancia para todos los trabajadores que actualmente están ahorrando para su retiro [5]. A grandes rasgos, el estudio busca describir cómo los distintos mecanismos para el retiro interactúan con una economía que tiene altas tasas de informalidad. Algo que es característico de un país como México con una Tasa de Informalidad Laboral del 55.5% [6].

Lo que haremos en los próximos días es que, a través de la plataforma oTree, crearemos uno de los primeros laboratorios virtuales del país para realizar experimentos económicos. En este esfuerzo experimental buscamos recopilar la información de distintos trabajadores a lo largo y ancho de la república para entender sus preferencias sobre las tasas de ahorro dada su situación laboral. Si quisiéramos llevar a cabo este estudio de forma presencial, en un entorno como el actual, sería muy difícil de concretar exitosamente.

Mientras escribimos estas líneas a principios de junio 2021, la situación de la pandemia parece estar en una trayectoria descendente [7]. No obstante, las repercusiones que dejó esta crisis persisten. Por ejemplo, aún no tenemos certeza de cuándo se regresará a las aulas de forma indefinida.

Contar con instrumentos que faciliten la investigación que tanto necesita el país a un bajo costo es fundamental para la ciencia en México. Nuestro objetivo es construir los cimientos para llevar a cabo investigación económica sin depender de un espacio físico. Mismo que resulta poco confiable (en un contexto con pandemia) y más costoso que la alternativa virtual.

Sobre los autores:

Giuliana Triberti es Estudiante de la Licenciatura en Economía en la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de México. Correo: giulytriberti@gmail.com

Adrián Vargas-Lopez es Candidato a Doctor en Políticas Públicas por la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey. Correo: a.vargaslopez@tec.mx

Pablo Soto-Mota es Candidato a Doctor en Economía por la Escuela Noruega de Economía (NHH). Correo: pablo.soto.mota@nhh.no

Bibliografía:

[1]         N. Forrester, «How the pandemic is reshaping undergraduate research,» 04 Mayo 2021. [En línea]. Available: https://www.nature.com/articles/d41586-021-01209-2?sap-outbound-id=3903F87853A0AFA23655613255AC11ACF4B8E2BC&utm_source=hybris-campaign&utm_medium=email&utm_campaign=000_VAN6575_0000012954_NatureCareers-Newsletter-A%2FB-07May2021&utm_content=EN_internal_25.

[2]         UNCTAD, «How COVID-19 triggered the digital and e-commerce turning point,» UNCTAD, 15 Marzo 2021. [En línea]. Available: https://unctad.org/es/node/32413. [Último acceso: 31 05 2021].

[3]         E. Reina, «El cierre de negocios en la capital: las otras víctimas de la pandemia,» El país, 20 Noviembre 2020. [En línea]. Available: https://elpais.com/mexico/2020-11-21/el-cierre-de-negocios-en-la-capital-las-otras-victimas-de-la-pandemia.html. [Último acceso: 31 05 2021].

[4]         A. Arechar, S. Gächter y L. Molleman, «Conducting interactive experiments online,» Experimental Economics, vol. 21, pp. 99-131, 2018.

[5]         BANXICO, «La Reforma del Sistema de Pensiones de México: Posibles Efectos sobre las Jubilaciones, la Dinámica del Ahorro Obligatorio y las Finanzas Públicas,» 03 Marzo 2021. [En línea]. Available: https://www.banxico.org.mx/publicaciones-y-prensa/informes-trimestrales/recuadros/%7B097F33DE-A56A-DA9E-9620-7A9CDC32AA8B%7D.pdf. [Último acceso: 31 05 2021].

[6]         INEGI, «Comunicado de prensa núm. 186/21,» 24 Marzo 2021. [En línea]. Available: https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2021/iooe/iooe2021_03.pdf. [Último acceso: 31 05 2021].

[7]         El Heraldo de México, «México suma 19 semanas con tendencia a la baja por la pandemia: López-Gatell,» El Heraldo de México, 25 Mayo 2021. [En línea]. Available: https://heraldodemexico.com.mx/nacional/2021/5/25/mexico-suma-19-semanas-con-tendencia-la-baja-por-la-pandemia-lopez-gatell-299435.html. [Último acceso: 31 05 2021].

[8]         D. L. Chen, M. Schonger y C. Wickens, «oTree—An open-source platform for laboratory, online, and field experiments,» Journal of Behavioral and Experimental Finance, pp. 88-98, 2016.

[9]         M. Hoerger, «Participant dropout as a function of survey length in internet-mediated university studies: implications for study design and voluntary participation in psychological research,» Cyberpsychol Behav Soc Netw, vol. 13, nº 6, pp. 679-700, 2010.

Presente y futuro en la ciencia de alimentos

Por Gabriela Faz

“La alimentación es claramente un hecho multidimensional, es una actividad natural, social, cultural. Es un espacio intercultural que está sujeto a la interpelación, el diálogo y la cooperación. La alimentación tiene elementos hasta de estética, y por supuesto, tiene componentes éticos como parte de un derecho humano”, comentó el Dr. Jorge Welti, Decano Académico de la Escuela de Ingeniería y Ciencias, y miembro del Grupo de Investigación de Enfoque Estratégico Nutriomics y Tecnologías Emergentes en la sesión “La investigación en ciencia de alimentos: presente y futuro” de los Seminarios de Investigación promovidos por la Vicepresidencia de Investigación (VPI) del Tec de Monterrey.

En el campo de la ciencia y tecnología hay y habrá muchos desarrollos relacionados con los alimentos, y dentro del Tec se está trabajando en proyectos que integran diferentes áreas de conocimiento para tratar de resolver este problema multidimensional que trae consigo la producción de alimentos.

Sobre esto nos habla el Dr. Welti en una charla de vital importancia para definir el rumbo y alcances de la alimentación en el desarrollo de la humanidad.

¿Cómo se puede definir la ciencia de alimentos?

Probablemente la dimensión más importante que tiene que atacar la ciencia de los alimentos es la relacionada con la seguridad alimentaria y nutricional. Primero para tener la certeza de que el conocimiento generado va a resolver el problema de disponibilidad en la producción de alimentos. Si hiciéramos un balance entre lo que se produce y lo que se necesita sabríamos que el mundo tiene la cantidad suficiente, el problema es que los alimentos se pierden desde el sitio de producción hasta el sitio de consumo.

“En México más del 30% de la producción de frutas y hortalizas no llega al consumidor final”

La ciencia de alimentos permite el tener acceso a precios adecuados, para el Tec esto es muy importante ya que los alimentos repercuten en la salud y en su utilización biológica para cubrir las necesidades nutricionales de la población y la estabilidad en su consumo. De esta manera se puede asegurar que la población cuente con alimentos adecuados en todo momento.

¿Cuáles son las tendencias en los alimentos?

En el 2016 las tendencias alimenticias predominantes estaban relacionadas con la búsqueda de alimentos saludables, con procesamientos menos extremos, con lograr alimentos convenientes o ready to eat, que tuvieran bajos niveles de sales, grasas y azúcares, sin aditivos añadidos, es decir, que cumplieran con características tendientes a lo funcional y que además te ayudaran a mejorar tu rendimiento físico y mental, as ahí cuándo aparece esta mezcla entre la ciencia de alimentos y la medicina.

Ya para el 2020 empiezan a aparecer nuevas tendencias cómo la aparición de un nuevo tipo de consumidor denominado flexitarista, que se distinguen de los veganos o vegetarianos ya que son omnívoros que todavía consumen carne y lácteos, pero que lo hacen buscando reducir sus niveles de consumo de manera ética para reducir problemas de impacto ambiental en la producción animal, o en el uso de procesos de la industria alimenticia.

También el consumo de lo orgánico, de origen local y sostenible comienza a cobrar especial relevancia e incluso se empieza a hablar de la tendencia a que los insectos puedan ser parte de nuestra dieta para el 2029.

Hoy día, podríamos dividir a los consumidores de alimentos en dos grandes grupos básicos:

  • Aquellos que buscan alimentos naturales, simples y mínimamente procesados.
  • Los que piensan consciente o inconscientemente en consumir alimentos procesados con tecnologías para conservar el medio ambiente y el bienestar animal.

Estos son precisamente los grandes retos a los que se enfrentan aquellos que ayudan a desarrollar a través de la investigación las nuevas tendencias alimenticias. Si a esto le sumamos que esta industria es una de las que genera el mayor número de desperdicios, resulta de crucial importancia el darles un valor a todos esos desperdicios desarrollando nuevas tecnologías de procesamiento para convertir ese desperdicio en otro tipo de alimentos, o en nutrientes, o en ingredientes de valor agregado.

Así es como aparece no solo la investigación en la ciencia de alimentos ligada al desarrollo puro de los alimentos, sino a los conceptos de medio ambiente, de salud y de sostenibilidad.

¿Qué se espera de esta industria después del COVID?

Como ya se sabe, el origen del COVID está fuertemente relacionado con la higiene, comercialización y consumo de alimentos, por ello después de la pandemia se tendrán que cambiar muchas pautas de consumo.

El valor de la salud, el valor de la vida humana y de los animales, la conciencia de las zoonosis (enfermedades transmisibles entre animales y humanos), la falta de límites del hombre, el tráfico, caza y consumo de fauna silvestre, los mercados que venden carne cruda, vísceras u órganos con o sin regulaciones, tendrán que cambiar, y en eso se tiene que trabajar con la ciencia de alimentos.

En la época postcovid se debe desarrollar investigación con enfoque multisectorial y enfocada a la SALUD en todas sus vertientes por igual: pública, animal, vegetal y del medio ambiente.

¿Qué hace el Tec para atender estas necesidades?

Hace tiempo en nuestro grupo de investigación decidimos utilizar tecnologías emergentes como altas presiones, pulsos eléctricos, ultrasonido, tecnología ultravioleta, y la separación por membranas para generar productos mínimamente procesados y de alta calidad y estabilidad, a la vez que lo mezclamos con alimentos funcionales, es decir, productos que tuvieran un valor agregado.

De este trabajo se han derivado grandes iniciativas como la de la Cátedra Alpura que conjunta a la academia con la industria privada y que busca generar nuevos productos alimenticios con desarrollo, investigación e innovaciones de base científica para esta empresa.

Así como este proyecto, también trabajamos en la investigación sobre otros alimentos, como lo es el caso de la tuna mexicana, sobre la que no aún hay mucho por descubrir. Hemos descubierto que muchos productos mexicanos tienen valores adicionales a los de alimentar, ya que cuentan con capacidades antioxidantes, antiinflamatorias y anticancerígenas.

Nuestro objetivo es investigar a los alimentos como tal, o bien, aislar sus compuestos para generar productos que puedan ser incorporados a otros alimentos para hacerlos funcionales. Pero nuestro trabajo no termina ahí, ya que también investigamos sobre su accesibilidad al entrar en el metabolismo humano, es decir, que sean bioaccesibles.

Lo más nuevo que se está trabajando en el grupo es en el desarrollo de nuevas ideas como por ejemplo el desarrollo de biología molecular que está utilizando tecnología PCR, sí, la misma tecnología que se utiliza para COVID, pero aplicada para detectar entre microorganismos vivos y muertos de manera rápida y eficiente.

Por último, otra tecnología en la que estamos trabajando y que promete grandes ventajas a futuro tanto para su aplicación en alimentos, como en otras áreas como la medicina, es la aplicación de altas presiones que permiten, por ejemplo, en el caso de los alimentos, conservar tejidos a muy bajas temperaturas, pero sin la formación de hielo, lo que en definitiva representa una ventaja muy prometedora para el futuro de la alimentación.

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Conoce el contenido completo del Seminario de Investigación VPI a través de nuestro canal de Divulgación de la Ciencia.

Saber más para disfrutar más

Por Jorge Vera Martínez y Sidney Ornelas Sánchez
Artículo de Divulgación Científica

En los esquemas de consumo de los seres humanos, muchos de los productos y servicios son consumidos para satisfacer necesidades básicas de sustento y adaptación. Sin embargo, existen productos que son consumidos por el simple hecho del placer que nos produce hacerlo.

Mientras que los productos “commodities” tienden a ser bienes para satisfacer necesidades básicas, y los productos de lujo tienden a ser bienes que ayudan a satisfacer necesidades de reconocimiento y aceptación por parte del contexto social de la persona, hay productos que ayudan a satisfacer necesidades de auto-realización individual. Estos últimos se ha propuesto ubicarlos bajo el nombre de mercados sofisticados. En consistencia con esto, se ha propuesto denominar a sus clientes como segmentos sofisticados.

Veamos un ejemplo. Pensemos en un consumidor que tiene un gusto especial por beber café de alta calidad. Para esto, este consumidor ha desarrollado conocimientos y habilidades organolépticas que le permiten obtener un placer muy especial al degustar esta bebida. Pero estos conocimientos y habilidades no vinieron solos. Este consumidor debió hacer un compromiso personal por desarrollar tales cosas. Un esfuerzo especial.

Así, debió esforzarse por informarse, estudiar y realizar decisiones de consumo consistentes con sus metas. Este aprendizaje no vino rápido. Probablemente pasaron años antes de que nuestro consumidor aprendiera y desarrollara sus sentidos antes de que pudiera realmente tener esa experiencia tan especial al momento de tomar una taza de café. Claro, no es cualquier taza de café. Es un café seleccionado con base en la experiencia que ha desarrollado como consumidor a través del tiempo, dinero y esfuerzo que ha invertido para ello. El desarrollo de tales competencias ahora le permite conocer, evaluar y seleccionar marcas de café.

Por ello, nuestro consumidor no va a ser fácil de engañar por marcas que pretenden tener una imagen de calidad solo basadas en actividades de comunicación. Nuestro consumidor va a saber evaluar el producto. Va a saber determinar si efectivamente se trata de un buen producto o solo un truco publicitario. Pero al mismo tiempo, al ser un consumidor que sabe reconocer la calidad, va a ser un cliente comprometido con el consumo del producto y tal vez con algunas marcas que ha aprendido a identificar como consistentes con el gusto personal que ha desarrollado a través del esfuerzo de aprendizaje de años. Nuestro consumidor se ha convertido en un especialista en el consumo de café en taza. Se ha convertido en un consumidor sofisticado. Es ahora un consumidor con alto “engagement”.

Consumidores especializados

“Engagement” es el término como se puede definir la intensidad con la que un consumidor participa y se conecta con una oferta determinada que puede ser iniciada por el consumidor o la organización (Vivek et al., 2012). Así, el “engagement” está compuesto por tres factores conductuales de los consumidores:

  1. Atención consciente
  2. Participación entusiasta
  3. Conexión social

En una línea de investigación académica que forma parte de los esfuerzos del Grupo de Investigación de Enfoque Estratégico “Consumer Bahavior and Conscious Marketing” del Tecnológico de Monterrey, se estudia el fenómeno de “engagement” y se ha identificado que los mercados y productos sofisticados requieren consumidores con características especiales.

¿Cómo se logra el engagement?

Mencionemos primero las posibles ventajas de las empresas que se dedican a productos y mercados sofisticados:

  • Contar con clientes más leales.
  • Gozar de una diferenciación muy difícil de imitar por parte de la competencia.
  • Tener una plataforma sólida para generar marcas de alto valor percibido.

Las ventajas son claras, sin embargo, conseguirlas no es tarea fácil por parte de una empresa. Al igual que nuestro consumidor tuvo que invertir tiempo y esfuerzo para generar sus conocimientos y habilidades, la empresa debe también hacer un esfuerzo de largo plazo, no solo para generar esos productos sofisticados de alto valor, sino para ayudar y acompañar al consumidor en ese proceso de aprendizaje. Así, estamos hablando de un vínculo cliente-marca de largo plazo.

En uno de estos estudios que se realizó con consumidores de café de especialidad, se distingue entre aprendizaje del consumidor basado en el producto y aprendizaje basado en la marca. Aquí se encontró que los esfuerzos de ciertas empresas por educar a sus clientes, tanto en aspectos generales del conocimiento para la degustación del café en taza, como en aspectos específicos de las ventajas particulares de la marca, tendió a redituar favorablemente a estas compañías.

En este estudio se midieron los niveles de conocimiento del cliente con respecto al producto y con respecto a las marcas, así como el nivel de “engagement” del cliente en el contexto del consumo de este producto en sus tres factores (arriba mencionados). Se encontró que en la medida que el cliente está más educado en términos del mercado, y más educado en término de las marcas competidoras, el cliente manifiesta mayores niveles de atención consciente, participación entusiasta y conexión social, tanto hacia el producto, como hacia una de las marcas. La relevancia de esto tiene que ver con que en estudios anteriores se ha encontrado que estos tres factores son antecedentes de la formación de lealtad de marca en productos de especialidad.

Sobre los autores:

Jorge Vera Martínez, es profesor-investigador de la Escuela de Negocios en Ciudad de México del Tecnológico de Monterrey, jorge.vera@tec.mx

Sidney Ornelas Sánchez, es exalumna del Doctorado en Ciencias Administrativas del Tecnológico de Monterrey, sidney@exatec.tec.mx

Para saber más puedes consultar las siguientes publicaciones científicas:

  1. Sidney Ornelas & Jorge Vera (2020). The more I know, the more I engage: the role of consumer education in consumer engagement in the coffee shop context. British Food Journal, vol(num). In press. DOI: https://doi.org/10.1108/BFJ-05-2020-0401
  2. Sidney Ornelas & Jorge Vera (2020). “Sophisticated segments: changes in consumer dynamics and behaviors”. In: Emotional, Sensory, and Social Dimensions of Consumer Buying Behavior. Chapter 11. IGI Global eEditorial Discovery. DOI: https://doi.org/10.4018/978-1-7998-2220-2
  3. Jorge Vera & Sidney Ornelas (2021). Engagement hacia un producto vs. hacia una marca: una escala para el contexto mexicano. Contaduría y Administración, 66(3), 1-23. DOI: http://dx.doi.org/10.22201/fca.24488410e.2021.1898

 

Materiales nanocompuestos para regenerar los huesos

Por Arturo E. Aguilar
Artículo de divulgación científica

La investigación sobre materiales nanocompuestos puede lograr que nuevas terapias emerjan, esto a través de la combinación de nano y micropartículas con potencial de liberación de fármacos. Alrededor del planeta, distintos grupos de investigación concentran sus esfuerzos para desarrollar nuevos materiales a partir de la integración de componentes orgánicos e inorgánicos, con la finalidad de conferir propiedades mejoradas al material compuesto resultante y usarlo en diversas aplicaciones biomédicas.

El Bioglass, un material cerámico usado en aplicaciones dentales, ha sido recientemente procesado para crear nanopartículas con el objetivo de administrarlas con mayor eficiencia y aprovechar sus interesantes propiedades, como ser promotor de la formación de hidroxiapatita.

Sin embargo, algunas veces la interacción entre las células y las nanopartículas hechas de este material pueden resultar en efectos secundarios inesperados, esto debido a diferentes factores. Uno de ellos es el daño a la membrana celular debido a la exposición repentina a altas concentraciones de nanopartículas, más aún si el material del cual están hechos tiene una baja biodegradabilidad, como la mayoría de los materiales cerámicos.

Una interesante aproximación para mediar estos efectos secundarios es la combinación de biomateriales previamente investigados, como los biopolímeros, los cuales, debido a su alta biocompatibilidad y biodegradabilidad, han sido usados previamente como micro y portadores de fármacos.

Por otra parte, una reciente tendencia en retomar el uso de extractos naturales (phytoterapeutics) para el desarrollo de tratamientos se ha incrementado año con año en distintos grupos de investigación alrededor del mundo. En este campo, la curcumina ha atraído la atención de la comunidad científica debido a las propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y curativas que han sido observadas en distintos estudios.

Figura 1. Formación de microesferas nano-compuestas.

Formación de tejido óseo

A través de la combinación de biopolímeros y extractos naturales es posible crear interfaces adecuadas para el Bioglass, y de esta manera también aprovechar las ventajas de las propiedades inherentes a cada material. La combinación y coexistencia estable de diferentes materiales en uno nuevo, con el propósito de mejorar las propiedades de cada material por separado es, de forma general, lo que se conoce como material compuesto o composite (Fig. 1).

Una propiedad particular del Bioglass es que al interactuar con medios orgánicos acuosos induce actividad química en forma de liberación de iones, esto es mejor conocido como bioactividad, lo que resulta en la formación de hidroxiapatita en la superficie de dispositivos hechos a base de Bioglass. Como es sabido, la hidroxiapatita es un promotor activo para la osteogénesis, en otras palabras, ayuda a la formación de tejido óseo.

En este contexto, la integración de nanopartículas de Bioglass dentro de microesferas de PHA, el cual es un biopolímero ampliamente estudiado, y adicionalmente cargadas con curcumina, es un buen enfoque para brindar una interfaz para el Bioglass. De esta manera se puede controlar la interacción de estas nanopartículas con las células y así reducir los posibles efectos secundarios de este material.

Las microesferas nano-compuestas resultantes tendrán la combinación del efecto bioactivo, el cual promueve la formación de tejido óseo, y al estar inmersas en una matriz de PHA la interacción con células sería a nivel de contacto o adhesión. Además, las microesferas nano-compuestas liberarán curcumina gradualmente lo cual ayudará a mejorar la biocompatibilidad del dispositivo en su conjunto.

Estos dispositivos nanocompuestos podrían ser usados en el diseño de nuevas terapias para el tratamiento de enfermedades osteo-degenerativas como la osteoporosis, además de que podrían ser usadas en diferentes aplicaciones biomédicas como recubrimientos para implantes ortopédicos o ser administradas después de procedimientos quirúrgicos en hueso y así promover la rápida curación del tejido óseo circundante (Fig. 2).

Figura 2. Aplicación de microesferas nano-compuestas para la regeneración de tejido óseo.

En el futuro, estos dispositivos también podrían liberar diferentes fármacos para promover la formación de distintos tipos de tejido dentro del organismo. Este y otros enfoques son los que tenemos en desarrollo actualmente.

El autor

Arturo Elías Aguilar Rabiela es Ingeniero en Biónica por el IPN y Doctor en Ciencias de la Ingeniería (DCI) por el Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México. Es profesor del Departamento de Ciencias de PrepaTec. Es investigador asociado en el Centro de Investigación Europeo FunGlass (por sus siglas en inglés).  arturo.e.aguilar@tec.mx

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La adopción del modelo alemán de formación dual en México

Por Hugo Javier Fuentes, Víctor Aramburu, José Antonio Cervantes
Artículo de divulgación científica

Mucho se ha escrito acerca del rol central de la educación en el desarrollo económico de los países, ya sea a través de la formación de capital humano como base para las diversos sectores productivos, para la atracción de inversiones y el florecimiento de la innovación, o bien, como condición necesaria para que los países cuenten con una masa crítica de ciudadanos informados, participativos y críticos.

En este sentido la pregunta acerca de qué políticas educativas pueden servir mejor a los países para avanzar hacia objetivos de desarrollo económico se vuelve fundamental. Si se da por sentado lo anterior, surgen otras preguntas que la investigación académica ha buscado responder. Por ejemplo:
1) ¿Cómo es que los gobiernos de diversos países deciden “importar” una política educativa?
2) ¿De qué manera son adoptadas y reinterpretadas esta políticas en los países receptores
3) ¿Obtendrán las políticas los mismos resultados, independientemente del contexto en donde se implementen?

Precisamente estas son algunas de las preguntas a las que un equipo de investigadores del Tecnológico de Monterrey, buscamos dar respuesta. Desde el mes de marzo de 2019, nuestra institución participa en un estudio comparativo internacional, enfocado en la reciente adopción de la política de formación técnica conocida como “Modelo Alemán de Formación Dual”, por los gobiernos de México y la India.

El estudio, que se realiza en colaboración con la Universidad de Glasgow (Reino Unido); la Universidad de Colonia (Alemania); la Universidad de Zúrich (Suiza) y el Instituto Indio de Administración de Calcuta, pretende entender cuáles fueron las principales motivaciones de los actores gubernamentales para la adopción de esta política, las influencias ejercidas por el sector privado y el rol de las agencias de cooperación alemana que intervinieron durante este proceso de recontextualización a la realidad de nuestro país. Por otra parte, pretende responde si esta política puede mejorar las condiciones de vida de los jóvenes mexicanos, incluyendo sus capacidades de conseguir empleos formales mejor pagados, y mejorar sus perspectivas generales de movilidad social.

Metodología

El proyecto se basó en un diseño de investigación de métodos mixtos que incluyó componentes cualitativos y cuantitativos. Además de un análisis bibliográfico de los principales documentos normativos y operativos del Modelo de Formación Dual. Se realizaron entrevistas semi-estructuradas con más de 70 actores involucrados en la adopción, implementación y operación del programa, incluyendo funcionarios y exfuncionarios públicos de los órdenes federal y estatal, personal docente de los subsistemas de educación media superior, miembros de cámaras empresariales, ONGs y académicos. Asimismo, para explorar la forma en que la formación dual ha impactado las experiencias de aprendizaje y formación de expectativas educativas y laborales de los beneficiarios, se entrevistaron a 59 aprendices y se encuestaron a 313 aprendices.

Antecedentes

Durante los años noventa existieron algunas experiencias aisladas de formación dual en algunas regiones industriales de México, como fue el caso de la prueba piloto del programa de formación dual entre Conalep y Mercedes Benz en el Estado de México. Sin embargo, los aprendizajes duales no se posicionarían en la agenda del gobierno federal sino hasta una visita de Estado a Alemania en 2012.

Poco después, la SEP anunció la intención de adoptar el Modelo Alemán de Formación Dual en un seminario organizado por Coparmex y sus socios alemanes en febrero de 2013. Antes de finalizar el 2013, la SEP creó un comité del “Modelo Mexicano de Formación Dual” (MMFD) en colaboración con Conalep, Coparmex y Camexa (Cámara de Comercio Alemana en México), el cual habría de implementar el primer programa piloto nacional de formación dual en 11 estados del país.

Ante una situación de declive en la competitividad internacional de sus exportaciones, y una consecuente desaceleración del crecimiento económico, la administración la administración del presidente Peña Nieto anunció un plan para aumentar la productividad de la economía y acelerar el crecimiento económico.

En un país donde menos del 60% de los adultos contaba con educación secundaria, la falta de capital humano adecuado fue identificada por el gobierno como una de las principales causas de la baja productividad de la economía, junto con la escasez de técnicos especializados reportada por empresas conectadas a los mercados globales. Ante esta evidencia, el gobierno pretendió mejorar las habilidades técnicas de los jóvenes mediante una mayor participación de las empresas en la fase de capacitación.

El rol de las asociaciones empresariales

Un factor importante de la adopción de la política en México fue la capacidad que tuvieron las asociaciones de comercio involucradas para justificar las fortalezas e idoneidad del modelo dual, con los objetivos de la agenda de productividad económica del gobierno en turno. La selección del MMFD se justificó discursivamente como una solución política a las dificultades de muchas empresas para ser competitivas en los mercados globales, lo que se atribuyó al bajo nivel de competencias técnicas de los graduados de educación media superior.

Las cámaras de comercio lograron ser políticamente influyentes porque poseían recursos “duros” (hard) y “blandos” (soft). El principal recurso “duro” de Camexa fue el conocimiento del modelo de aprendizaje alemán y la experiencia de transferir este modelo a otros países. Mientras que el principal recurso “blando” fue el prestigio de la marca alemana originado en el buen desempeño de su economía. Por su parte, Coparmex enmarcó la implementación de este programa dentro de un discurso de responsabilidad social empresarial, promoviendo al mismo tiempo el empleo juvenil, la creación de empleos mejor remunerados y el aumento en la calidad de la educación.

Ventajas de su implementación

El gobierno federal, en colaboración con Conalep, Coparmex y Camexa, diseñó e implementó una modalidad de aprendizaje que retomó características del Modelo Alemán de Formación Dual, pero adaptado a las condiciones de algunos de los subsistemas de educación media superior en México, así como a las vocaciones productivas y mercados laborales de algunas regiones del país.

Si bien la modalidad de formación dual se institucionalizó en el 2015 mediante un Acuerdo Secretarial de la SEP, otras políticas educativas y laborales, como el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, han cobrado mayor relevancia durante la actual administración federal.

El interés generado en amplios sectores y empresas por el modelo dual, puede explicarse por las ventajas percibidas por parte de los involucrados. Para las empresas, el modelo dual representa una inversión que reduce costos de búsqueda, capacitación y rotación de personal. Para los aprendices, el modelo dual ofrece posibles ventajas a corto y mediano plazo en términos de oportunidades laborales, de desarrollo de redes profesionales, y de aspiraciones a mayores ingresos, mientras que para el gobierno, los esquemas de formación dual podrían contribuir a compensar las restricciones presupuestales para el equipamiento de las escuelas técnicas, vocacionales, y de capacitación para el trabajo, así como para aumentar la adecuación de la formación a los requerimientos del mercado laboral.

Autores

Hugo Fuentes. Es Licenciado en economía, con Maestría y Doctorado en Economía Aplicada por la Universidad Autónoma de Barcelona.  Profesor-Investigador de tiempo completo en el Tecnológico de Monterrey Campus Cd. de México desde 1999. Actualmente es Director Regional del Departamento de Economía para la región Cd. de México. Su trabajo de investigación se enfoca en la evaluación de políticas, programas y proyectos públicos, así como en la economía de la organización y el llamado Frontier Analysis que se dirige a la estimación de la productividad. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI 1) y del   Grupo de Investigación de Desarrollo Económico y Medio Ambiente.

Víctor Aramburu. Es doctor en política pública por el CIDE y maestro en política social y desarrollo por LSE. Ha trabajado en el diseño, operación y evaluación de políticas públicas en diversos sectores, particularmente en temas de desarrollo económico, social, regional y rural, así como de fiscalización y combate a la corrupción. Ha sido consultor para diversas agencias nacionales e internacionales y se ha desempeñado como servidor público. Como académico, ha realizado y publicado investigación en colaboración con universidades nacionales y extranjeras. Como profesor, ha impartido diversas materias relacionadas con las políticas públicas y economía.

José Antonio Cervantes. Es Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Nacional Autónoma de México, y MBA (Energy Management) por la Universidad de Aberdeen, Reino Unido. Se ha desempeñado como consultor en evaluación de políticas públicas para organizaciones como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, las Secretarías de Economía y Desarrollo Social, entre otras. Actualmente se desempeña como Asistente de Investigación en el Tecnológico de Monterrey Campus Cd. De México, en el proyecto “Can dual apprenticeships create better and more equitable social and economic outcomes for young people? A comparative study of India and Mexico”.

Bibliografía 

  • Valiente O., López-Fogués A., Fuentes H., Rosado R. (2020) “Evaluating dual apprenticeship effects on youth employment: A focus on the mechanisms”. En: Pilz M., Li J. (eds) Comparative Vocational Education Research. Internationale Berufsbildungsforschung. Springer VS, Wiesbaden. Disponible en: https://link.springer.com/chapter/10.1007/978-3-658-29924-8_10.
  • Conalep (2017), La Experiencia del Conalep en la Formación Dual Disponible en:
    https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/291188/La_experiencia_del_CONALEP_en_la_Formacion_Dual_VF_.pdf
  • Maurer, M. and Gonon, P. (2014), “The challenges of policy transfer in vocational skills development: An introduction”, in Gonon, P. and Heikkinen, A. (eds.) Studies in Vocational and Continuing Education vol. 12, Bern: Peter Lang, available at:
    https://www.researchgate.net/publication/278748843_The_challenges_in_policy_transfer_in_vocational_skills_development_-_An_introduction
  • Thelen, K. (1999), “Historical Institutionalism in Comparative Politics”, Annual Review of Political Science, 2, pp. 369-404, Disponible en:
    https://www.annualreviews.org/doi/pdf/10.1146/annurev.polisci.2.1.369

El impacto de las pérdidas en el Sistema Eléctrico Nacional

Por Emmanuel Paz Resendiz
Artículo de Divulgación Científica

Uno de los factores clave para impulsar el desarrollo económico de una nación y proveer de bienestar a su sociedad, es la energía eléctrica. Para lograrlo resulta trascendental mantener al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) dentro de los parámetros óptimos de operación y eficiencia.

Todo sistema de energía eléctrica está expuesto a pérdidas de energía técnicas, asociadas al efecto Joule, el cual refiere a la transformación en calor que sufre parte de la energía eléctrica durante su paso por un conductor. Por ello resultaría inviable buscar reducir a cero el nivel de pérdidas de energía, razón por la que se consideran como referencia los niveles alcanzados por países con pérdidas de tipo técnico que en promedio oscilan entre 6 y 8 por ciento.

Las centrales de generación se encuentran localizadas a grandes distancias de los centros de carga, lo cual implica caídas considerables de voltaje y potencia. La posibilidad de aproximar la generación de energía a la demanda presenta una alternativa potencial en la reducción de pérdidas, dado que se reduce la distancia de transporte. Aquí reside la relevancia de la Generación Distribuida (GD), donde ubicación y dimensionamiento apropiados de las centrales de GD representan diversos retos técnicos.

Aunque existen otras alternativas a esta problemática, la relevancia de plantear a la GD como opción frente a la reducción de pérdidas de energía se basa en diversas causas como en el gran impulso que ha tenido en los últimos años, en una renovada conciencia ambiental, en la apertura del mercado energético, y en los desarrollos en tecnologías de generación a pequeña escala.

A través del análisis de estudios de caso consultados en la literatura, así como del desarrollo de un estudio propio, basado en el modelo de un sistema radial de 33 buses propuesto por la IEEE (IEEE 33 bus), se muestra que al implementar en condiciones adecuadas de ubicación y dimensionamiento una central de GD, sí resulta una herramienta útil en la reducción de pérdidas y mejoramiento de perfiles de voltaje en la red de distribución.

La metodología

Para analizar el papel de la GD como alternativa a la reducción de pérdidas de energía en el SEN se empleó dinámica de sistemas como metodología de análisis. Esta metodología es flexible para la simulación de sistemas complejos, permitiendo análisis de diferentes escenarios. Con el desarrollo de un modelo dinámico, como se aprecia en la figura 1, se aborda el análisis del comportamiento de las pérdidas de energía eléctrica en el SEN ante el incremento de la penetración de la GD en un horizonte de 15 años, esto es, hasta 2033.

 Figura 1. Diagrama causal del sistema dinámico. Fuente: elaboración propia

Figura 1. Diagrama causal del sistema dinámico. Fuente: elaboración propia

Se plantean cuatro escenarios plausibles, de acuerdo con la combinación de dos factores: la existencia de mecanismos que incentiven la penetración de la GD y la existencia de regulaciones en ubicación y dimensionamiento. Se supuso que las combinaciones respectivas reflejarían un impacto distinto en la reducción de pérdidas, dada la integración de la GD a la red.

Figura 2. Comparativo entre métricas por escenario. Fuente: elaboración propia.

Figura 2. Comparativo entre métricas por escenario. Fuente: elaboración propia.

La alternativa que presenta mejores rendimientos es la que plantea una regulación equilibrada, como se aprecia en la curva verde de la figura 2. Con base en este desempeño, sí se verificaron los incentivos para impulsar la GD, pero a su vez, el estudio también enfatiza la necesidad de vigilancia en la implementación, como miras a lograr los mejores resultados en la reducción de pérdidas de energía.

En conclusión, la aportación de la GD sí se verifica, dado que su ubicación permite la optimización de los flujos de potencia locales, por lo que se reducen los niveles de corriente que circulan por la red. Por consiguiente, sí es posible observar una reducción significativa de los niveles de pérdidas técnicas en la red de distribución. Aunado a ello, se pueden mitigar los impactos económicos y ambientales que tales pérdidas acarrean. Aquí es donde reside la ya citada relevancia de la generación distribuida. Sin embargo, es importante reiterar que una ubicación y/o un dimensionamiento inapropiado de las centrales de GD sí pueden trastocar los resultados esperados en reducción de niveles de pérdidas técnicas. Por ello se concluye que no basta emplear GD, sino que debe hacerse en las condiciones apropiadas de implementación.

Sobre el autor:

Emmanuel Paz Resendiz es Maestro en Prospectiva Estratégica de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey.

PiBot, el robot multifuncional desarrollado en el Tec

Por Michael Ramírez/Transferencia Tec

Imagina que vas caminando por el campus de tu universidad y un robot autónomo te indica las rutas menos transitadas, te alerta sobre posibles obstáculos, te invita a usar el cubrebocas –si no lo traes puesto–, o te indica la cantidad de personas que están concentradas en un mismo espacio, para así mantener el distanciamiento social y otras medidas de prevención contra el COVID-19.

Estas son solamente algunas de las funcionalidades que tiene el robot PiBot, una plataforma robótica, terrestre y flexible, capaz de ejecutar diferentes aplicaciones que surgen de la interacción humano-robot, gracias a la integración de diferentes tecnologías y a un sistema IoT.

Aliado en la lucha contra el COVID-19

El doctor Jorge Lozoya, investigador de la Escuela de Ingeniería y Ciencias, adscrito al Grupo de Investigación Consorcio Automotriz para Sistemas Ciberfísicos, y líder de este proyecto, explica que la plataforma robótica ya cuenta con un gran nivel de avance, pero el enfoque actual es explorar todos los servicios que se pueden ofrecer a través de este robot multifuncional.

Por tal motivo, y ante la emergencia global provocada por el COVID-19, él y su equipo buscaron adaptar y alinear esta tecnología para atender las demandas de la pandemia y ofrecer soluciones innovadoras a los retos de la nueva normalidad.

“Esta plataforma robótica es considerada como una de las tecnologías COVID del Tec de Monterrey, por lo que una versión de la misma fue adaptada para la asistencia médica, el apoyo sanitario y para la entrega de última milla”, explicó el investigador.

De esta manera, el PiBot Tec está diseñado para la teleoperación y la telepresencia, con un control de movimiento a distancia, activación de rutinas de patrullaje autónomo (sin asistencia de un humano o teleoperado), detección de obstáculos, así como la detección de personas y violaciones de sana distancia.

    

“El robot tiene características y funcionalidades como: entregas sin contacto, alertas para respetar la sana distancia (detecta personas a menos de 1.5 metros de distancia entre ellas) y el uso del cubrebocas (detecta la ausencia de la mascarilla), capacidad para monitorear la temperatura de las personas,  de hablar a través de él, hacer videoconsultas, controlar su movimiento a distancia, la capacidad de interactuar por medio de voz con usuarios en tiempo real, de navegar de manera autónoma de punto a punto mediante rutas autónomas, el acceso a la multiplataforma robótica y a la página de control mediante un navegador web, conexión a la nube, operar sin acceso a una red de datos, generar datos y reportes de incidencias de le rodean, medir la sana distancia, y medir el flujo y cantidad de personas en un espacio”, explicó el investigador Jorge Lozoya.

Mencionó que la meta es que en cada campus del Tec de Monterrey haya al menos un PiBot para que realice estas funciones, monitoreando los espacios públicos y generando reportes en vivo.

“El impacto social de este proyecto es muy importante, ya que, si el PiBot se usa en espacios compartidos, públicos o privados, ayuda a hacer a estos más inclusivos y seguros, y democratiza el acceso a internet ayudando a eliminar el digital divide o brecha digital, pues se convierte en un punto de acceso público para aquellos que no tienen acceso en sus casas u otros lugares”.

El origen de PiBot

El robot PiBOT fue concebido originalmente como un laboratorio en donde los alumnos pudieran tener interacción con tecnología de punta, y complementar lo aprendido en la teoría mediante una estación de aprendizaje.

“El PiBot surgió en 2017 después de analizar las tendencias mundiales en robots no tripulados de última milla, y las competencias 4.0 a desarrollar en estudiantes de ingeniería, desarrollando una primera versión del robot en 2018 para fines de educación e investigación, pero no con el enfoque industrial que ahora tiene”, detalló Jorge Lozoya.

Fue hasta 2019, con la integración de la compañía Machine Care Industrial Services, que el PiBot fue incluido en la vertical de Movilidad de “Campus City”, una iniciativa que fomenta la creación de tecnología para mejorar la experiencia del ciudadano basándose en sus mismas necesidades. Ahí, PiBot tomó forma como una tecnología que permite hacer investigación de alto impacto en Robótica, y con una visión de escalabilidad hacia la industria y otros mercados.

Al año siguiente, a principios de 2020, justo antes de la pandemia, fue integrado un equipo de tres profesores y un alumno de pregrado a través del programa Undergraduate Research Program (URP) y así nació PiBot, una plataforma para desarrollar tecnología mexicana, para investigar sobre Robótica y para educar a niños, niñas y estudiantes del Tec de Monterrey.

PiBot Team

La plataforma robótica PiBot es, al mismo tiempo, una estructura orientada a la investigación y transferencia de conocimiento, así como a la educación de nuevos ingenieros e ingenieras. Ha sido “una escuela” para estudiantes de pregrado y posgrado.

“Yo lo veo como un laboratorio para que se enseñe Robótica, Sistemas de Control, Diseño de Producto, Validación de Diseño de sistemas asistidos Tecnologías de Información, Sistemas y aplicaciones embebidas, que pueda ser una herramienta en el Laboratorio de Robótica del Tec, para que los alumnos puedan hacer sus prácticas de laboratorio durante el semestre. Que sea una estación de aprendizaje”, indicó Jorge Lozoya.

Y así ha sido. Varios profesores, investigadores y alumnos de la institución han participado en el desarrollo de esta plataforma, organizados en equipos de Navegación (sistemas de movimiento), Mecánica y Electrónica (diseño estético y funcional), HRI (interacción humano-robot), y Visión (análisis del ambiente por medio de visión computarizada), además de la Conectividad a la nube (IoT).

Actualmente, el equipo de PiBot está integrado por Jorge Lozoya Santos, Mauricio Ramírez Moreno, Jorge Murrieta González, Manuel Agraz Vallejo, Juan Angel González Aguirre, César Acevedo Ruiz, Javier Lizárraga Iturbide, Cristián Ignacio Palma, Karen Rodríguez Hernández, entre otros. También han colaborado los profesores Luis Carlos Felix Herran y Rogelio Soto Rodriguez.

El testing y la manufactura

La misión de Machine Care es realizar pruebas especializadas a proyectos tecnológicos de alto impacto, empleando una plataforma digital para la industria manufacturera, con lo cual garantiza la calidad de los proyectos.

Para Jorge Murrieta, director general de Machine Care, otra misión fundamental es educar a niños, niñas y jóvenes a través de la práctica tecnológica.

Es por eso que el proyecto PiBot trabaja en estrecha colaboración con Machine Care, para generar espacios en donde niños, niñas y jóvenes tengan la oportunidad de vivir proyectos de implementación real y, al mismo tiempo, estar acompañados por los ingenieros de la industria “triple A”.

“Machine Care otorga valor a los proyectos tecnológicos a través de la implementación de una metodología de integración que está basada en el PMI (Project Management Institute). Básicamente nosotros les proporcionamos mayor certidumbre con el tema de administración y gestión del proyecto, así como un orden en el control de sus documentos, con miras a que pueda tener escalabilidad hacia el futuro”, explicó Jorge Murrieta.

La interacción con Machine Care le permitió a PiBot validar su tecnología, asimismo, le otorgó mayor robustez, ergonomía y el diseño de producto que requiere la industria.

Tecnología para la industria 4.0

El PiBot es un robot que nació con la tecnología 4.0 en su diseño. Por tal motivo, de las doce tecnologías digitales de transformación para la industria 4.0, esta plataforma robótica tiene 9: Robótica; Nube; Realidad virtual y aumentada; Manufactura aditiva; Internet de las Cosas; Big Data; Inteligencia Artificial; Software; y Seguridad Informática.

Lo anterior le otorga a PiBot ciertas ventajas competitivas con respecto a otras tecnologías en el mercado: es más liviano (pesa 25 kg), su entorno de navegación es para exteriores e interiores, su tiempo de autonomía es mayor (la batería dura 8 horas), utiliza varios sensores (LIDAR, GPS, sensores ultrasónicos, cámaras termográficas, cámaras de profundidad, reconocimiento facial y reconocimiento de voz), y su precio unitario es más bajo que la competencia.

“En la escala de Tecnhology Readyness Level, la cual indica qué tan lista está una tecnología para ser comercializable, el proyecto PiBOT, está en el nivel  7 de 9, es decir, lo estamos validando en un entorno similar a su aplicación comercial”, señaló Jorge Lozoya.

Un desarrollo infinito

Para Jorge Murrieta, PiBot tiene un desarrollo infinito, pues su plataforma le permite ir montando innumerables funcionalidades. “Es un ente móvil que puede hacer las cosas que tú quieras. Por ejemplo, en la parte de la industria, se puede automatizar en el manejo de materiales. Asimismo, se puede configurar para llevar un material de un punto A hacia un punto B, o incluso para hacer reconocimiento de zonas seguras”, señaló.

Y agregó: “Algunas tecnologías similares están muy ligadas a utilizar plataformas como Alexa, es decir, son más multimedia o de entretenimiento. En cambio, el PiBot tiene funciones de alto impacto, lo cual le da mucho valor para diferentes tipos de industrias, como tiendas de autoservicio, hotelería, o instituciones educativas, gracias a la flexibilidad de su tecnología”.

Por su parte, Jorge Lozoya añadió que el siguiente semestre se le implementará a esta plataforma una estación meteorológica que podrá monitorear la presencia de contaminantes en el aire dentro de espacios cerrados, como el CO2, ya que “en estos tiempos de COVID es muy importante monitorear las partículas presentes en el aire dentro de espacios cerrados”.

“De esta forma, al ser una plataforma de servicio on demand, cada usuario podrá pedirle algún servicio diferente al PiBot. Esto abre la oportunidad de ofrecer un sinfín de servicios para la industria”, finalizó Murrieta.

Una breve crítica a la civilización del capital

Por María José Camacho
Artículo de divulgación 

La propuesta intelectual de Ignacio Ellacuría, jesuita español-salvadoreño, teólogo, filósofo, analista sociopolítico, profesor y rector de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” en un periodo marcado por una guerra civil que duró poco más de diez años, se inscribe en el marco de la filosofía y la teología de la liberación, de la que se puede decir que fue uno de sus pilares. Asimismo, se puede decir que su esfuerzo intelectual, sobre todo en los últimos años de su vida, estuvo al servicio de la liberación de los hombres y mujeres de Latinoamérica y del llamado tercer mundo.

En el último discurso que pronunció, poco antes de ser asesinado por el ejército salvadoreño, urgía a intentar, con todos los pobres y oprimidos del mundo, revertir la historia, subvertirla y lanzarla en otra dirección (2000a, p. 359). Esta urgencia surgía ante la constatación de que lo alcanzado hasta entonces por la civilización del capital estaba conduciendo a la ampliación de la brecha entre ricos y pobres, al endurecimiento y sofisticación de los procesos de explotación y opresión, al desglosamiento ecológico de la totalidad del planeta y a la deshumanización que implica el abandonar la tarea de ir haciendo el propio ser, ante la imposición del productivismo y del tener, es decir, de la acumulación de riqueza y de bienes consumibles (2000a, p. 358).

Más de treinta años han pasado desde que se pronunciara este discurso y la crítica ellacuriana a la civilización del capital bien puede sostenerse en la actualidad, así como su sentido de urgencia para intentar cambiar el rumbo que ha tomado la historia.

De acuerdo a la crítica ellacuriana, la imposición del productivismo y la acumulación de riqueza conduce a la ampliación de la brecha entre ricos y pobres, al endurecimiento de los procesos de explotación, y al desglosamiento ecológico del planeta.

La crítica ellacuriana

Ellacuría fue sumamente crítico con la civilización del capital, a la que de alguna manera identificó con lo que denominó mal común, que es un mal histórico, esto es, un mal que no está en la condición del ser humano, sino en un determinado sistema de creencias e ideas, de instituciones sociales y políticas, de relaciones de producción, etc., desde el que el ser humano se configura y configura su vida. Propone este concepto en contraposición al de bien común, del que dice que no ha pasado de ser un ideal, que como tal es importante pues ayuda a orientar la acción humana, pero que no ha llegado a historizarse, como sí lo ha hecho el mal común.

El capitalismo, afirma, conlleva una “malicia intrínseca”, pues no se queda solamente en la explotación despiadada, tanto de la naturaleza como del ser humano por sus semejantes, sino que por sus propios dinamismos lleva a una profunda deshumanización, ya que el modelo de ser humano y de libertad que se proponen desde el sistema imperante suponen modos abusivos y alienantes de buscar la propia seguridad y felicidad por medio de la acumulación privada, el sometimiento de todo a las leyes del mercado y la insolidaridad entre individuos, grupos sociales y países (2000b, p. 247).

Al respecto, otros autores han estudiado cómo el capitalismo, sobre todo en su versión neoliberal, ha supuesto el quiebre de lo colectivo y, por tanto, de cualquier forma de solidaridad, pues se ha impuesto una lógica de competencia que exige dominar para no ser dominado o dominada, es decir, lleva en sí una “ferocidad depredatoria” que ha hecho que la solidaridad quede reducida a intentos superficiales por sanar las heridas que el sistema ocasiona desde sus dinamismos fundamentales. Vale la pena recordar en este punto que esta ferocidad es un rasgo fundamental de otros sistemas de dominación como el patriarcado o la colonialidad, y que, como han mostrado algunas autoras, están profundamente vinculados con el sistema capitalista, al punto de afirmar que el capitalismo no sería lo que es sin estos vínculos entre sistemas de dominación/opresión.

Volviendo a la crítica ellacuriana, si bien reconocía los bienes que esta civilización del capital ha traído a la humanidad, insistía en que debía ser suplantada pues no se puede negar que sus males son mayores y que no ha mostrado procesos de autocorrección suficientes que le lleven a revertir su curso destructor (2000b, p. 273), ejemplo claro de ello es el daño que se sigue ocasionando al planeta o las condiciones en las que son forzadas a sobrevivir millones de personas en el mundo.

Una propuesta radical

Frente a esto, Ellacuría planteó una propuesta utópica radical desde la que se pudiera, precisamente, subvertir el actual orden histórico. Se trata de la civilización de la pobreza, que lejos de valorar la pobreza por sí misma, lo que pretende es hacer nuevas todas las cosas, pues está visto que solo hacer cosas nuevas no ha llevado a un cambio real. El hacer nuevas todas las cosas no tiene otro fundamento que la vida material, su cuidado y plenificación, que ha de ser lo que rija todos los haceres.

Ellacuría nunca es dogmático, por eso no da por hecho en qué consiste esta plenificación de la vida, sino que exige volverse a la historia, sobre todo a la experiencia de las mayorías populares (2000b, p. 259-260), para en ella ir descubriendo qué se tiene que hacer y cómo hay que hacerlo para asegurar condiciones de vida humana para todas las personas, lo que exige desde sí mismo el cuidado del planeta y de toda forma de vida.

Ante la gravedad y la urgencia de las problemáticas que actualmente enfrenta la humanidad, la propuesta intelectual ellacuriana, sus categorías, conceptos y posturas pueden ser instrumento para el análisis y para la búsqueda de soluciones reales, pues no se puede caer en ingenuidades o simplismos cuando lo que está en juego es la vida de millones de seres humanos, incluso la vida de la humanidad entera y la posibilidad de cualquier forma de vida en el planeta.

La autora

María José Camacho Gómez es estudiante del Doctorado en Estudios Humanísticos, en la línea de Ética, en el Tec de Monterrey. Su propuesta de investigación gira en torno a la ética implícita en el pensamiento y la obra de Ignacio Ellacuría. (A00774664@itesm.mx)

Asesor

Dr. Francisco Díaz Estrada. Es decano asociado de Investigación, y profesor investigador de la Escuela de Humanidades y Educación, del Tec de Monterrey. Sus líneas de investigación giran en torno al pensamiento filosófico judeo-cristiano y a los fenómenos sociales de exclusión y marginación social. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

Bibliografía

  • Ellacuría, Ignacio (2000a). El desafío de las mayorías pobres. En Ignacio Ellacuría, Escritos teológicos I. San Salvador, UCA Editores, pp. 355-364.
  • Ellacuría, Ignacio (2000b). Utopía y profetismo desde América Latina. Un ensayo concreto de soteriología histórica. En Ignacio Ellacuría, Escritos teológicos II. San Salvador, UCA Editores, pp. 233-293.

 

Engagement: educa a tu consumidor y se comprometerá con tu negocio

 

Por Sidney Ornelas SánchezJorge Vera Martínez
Artículo de divulgación científica

Un empresa o marca en particular puede relacionarse con sus consumidores (actuales y potenciales) de muy diversas maneras. Sin embargo, normalmente se otorga mayor atención y recursos a la comunicación sobre las bondades del producto, para convencer al consumidor de que dicha marca es su mejor opción, y en el mejor de los casos, se da un seguimiento para evaluar su satisfacción, que continúe con la marca y la recomiende. Sin embargo, hay indicadores del comportamiento del consumidor que resultan interesantes cuando los ligamos con otras variables y esfuerzos que una empresa puede hacer y que repercuten en una relación más valiosa y duradera con sus clientes.

El engagement es un término que aún no cuenta con una traducción que englobe totalmente su significado al español; implica un cierto nivel compromiso e involucramiento por parte del consumidor con un producto, un servicio, una actividad, una empresa o una marca.

Este fenómeno ha recibido mucha atención en la investigación de marketing debido a que altos niveles de engagement se han ligado con resultados positivos en las actitudes del consumidor, como el incremento de los niveles de satisfacción, la lealtad y los índices de recomendación. Es por eso, que definir lo que pueden hacer las empresas para incrementar estos niveles, resulta crucial para poder aplicar los recursos a las estrategias correctas.

Actividades como degustaciones, cursos, catas, talleres de preparación, entre otras, educan al consumidor y fomentan su compromiso hacia la marca.

La educación como estrategia

Una de las acciones que se ha estudiado muy poco en relación con su impacto en los niveles de engagement del consumidor es la educación que una empresa puede otorgarle. Entendemos educación en este caso como la información y las herramientas para tomar mejores decisiones respecto a los productos o servicios que una empresa ofrece. Los medios para hacerlo pueden ser muy variados, pero hablamos desde esfuerzos sencillos como el uso de material punto de venta donde se explique el proceso de producción o las características claves de un determinado producto, hasta proyectos más profundos en los que se desarrollan actividades como seminarios o talleres para el consumidor, que le dan herramientas para entender mejor el producto o servicio que la empresa representa.

La educación al consumidor tiene un alcance amplio, podemos educar a nuestro consumidor sobre cómo usar nuestros productos para sacarles el mejor provecho, podemos darle conocimiento sobre nuestros procesos de producción, el origen de los ingredientes que utilizamos, formas en que pueden combinarse nuestros productos con otros, etc.

Asimismo, podemos también educarlo de manera general sobre la industria a la que pertenecemos, sin hablar específicamente de nuestros productos. Por ejemplo, la industria de alimentos y bebidas educa al consumidor al ofrecer recetarios para el uso de sus productos. En este caso las recetas pueden ser útiles para el consumidor aún y cuando utilice marcas competidoras. En esta misma industria, algunas otras empresas van más allá y organizan cursos de cocina para sus consumidores donde esa educación es un poco más valiosa.

Las actividades son diversas, pero el común denominador de estos esfuerzos es el hecho de que el consumidor adquiere información y herramientas que lo hacer más apto para valorar y utilizar determinado producto.

El consumidor agradecido

Si bien este tipo de acciones parecen tener muchos efectos positivos, en algunas ocasiones esta educación al consumidor se ha visto como un riesgo. Un consumidor que sabe más de un determinado tipo de producto, puede realizar una mejor evaluación y podría, en un momento dado, elegir marcas o productos competidores, gracias a la educación que una determinada empresa le dio.

Asimismo, el hecho de recibir educación y herramientas para disfrutar más un producto y poder evaluar las alternativas de la industria de una mejor manera, crea un vínculo mayor con la empresa que impacta en los niveles de engagement del consumidor. Esto puede deberse, en parte, a la gratitud hacia la empresa que invierte en proveer de herramientas, conocimiento y espacios para que el consumidor obtenga información valiosa.

Sin embargo, estos niveles de engagement mayores, tras recibir educación por parte de la empresa, impactan también en la intención de compartir este conocimiento adquirido con su círculo social y, por lo general, al compartir este conocimiento, se menciona también a la empresa o marca que proveyó de esta educación. Y por si esto fuera poco, cuando los niveles de engagement se incrementan, es mucho más probable que ese consumidor sea un cliente leal.

Existen industrias donde podemos ver este fenómeno claramente. Industrias donde los consumidores están bajo un proceso de sofisticación y están ávidos de conocimiento. Ellos valoran aún más los esfuerzos que las empresas hacen por educarlos. Este es el caso, por ejemplo, de la industria del café de especialidad, donde es común encontrar cafeterías que constantemente organizan degustaciones, cursos de cata de café, talleres de métodos de preparación de café, etc., los cuales educan al consumidor para saber distinguir un café de calidad.

Si bien esto puede ser un riesgo si consideramos que el consumidor educado podría decidir optar por otro café que no es necesariamente el que ofrece la cafetería que lo ayudó y educó en temas de consumo de café, todo parece indicar que existe una posibilidad alta de que esa persona sienta gratitud por la educación que recibió y valore los esfuerzos de la empresa, lo cual demostrará con lealtad a la misma.

Tras realizar proyectos de investigación como el que sirve de base para este artículo, se confirma que es importante identificar las necesidades de educación de nuestros consumidores actuales y potenciales para analizar y definir los recursos que podríamos invertir para hacerlo de la mejor manera. Por supuesto, debemos tener en cuenta que este tipo de esfuerzos tendrán un mayor impacto si nuestro producto o servicio es un producto de calidad, del cual la empresa está orgullosa y que la educación que proporcionemos ayudará al consumidor a darse cuenta de esta ventaja competitiva.

Autores

Sidney A. Ornelas Sánchez es profesora-investigadora de la Escuela de Negocios del Tec de Monterrey, Campus Monterrey. Es Doctora en Ciencias Administrativas. Es miembro del Grupo de Investigación “Consumer Behavior and Conscious Marketing”. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) sidney.ornelas@tec.mx

Jorge Vera Martínez es profesor-investigador de la Escuela de Negocios del Tec de Monterrey, Campus Ciudad de México. Es Doctor en Ciencias Administrativas. Es líder del Grupo de Investigación “Consumer Behavior and Conscious Marketing”. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) jorge.vera@tec.mx

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Consulta el artículo de investigación aquí:

La religión y la identificación partidista en América Latina

Por Alejandro Díaz Domínguez
Artículo de divulgación científica

¿La religión en América Latina se relaciona con la identificación partidista? Para poder formular una respuesta a dicha pregunta se realizó un análisis a partir de dos variables: denominaciones y dimensiones.

Las denominaciones religiosas se refieren a qué iglesia se pertenece. Las dimensiones se refieren a expresiones de religiosidad y compromiso con creencias específicas. La variable dependiente, la identificación con algún partido, se define como una orientación afectiva de un individuo a un grupo-objeto político del entorno.

Además, para este análisis se consideraron las siguientes denominaciones religiosas:

  1. Católicos.
  2. Protestantes (Calvinistas, Metodistas, Luteranos o Iglesia Morava, entre otros).
  3. Evangélicos (Pentecostales, Iglesias de Dios, Asambleas de Dios, Iglesia Universal del Reino de Dios o “pare de sufrir” y Adventistas, entre otros).
  4. Otros Cristianos (Testigos de Jehová e Iglesia de los Santos de los Últimos Días, popularmente conocidos como Mormones).
  5. Religiones no cristianas (Islam, Budistas, Hinduistas, Baha’i).
  6. Religiones tradicionales en la región, (Candomblé, Rastafaris, Umbanda, María Lonza, Kardecistas, Santo Daime y Esotérica, entre otras).
  7. Aquellos que no pertenecen a ninguna religión, como categoría de referencia.

Las dimensiones religiosas captan la religiosidad y el tradicionalismo moral. La religiosidad comprende características como la asistencia a la iglesia, la importancia de la religión en la vida de la persona, y la asistencia a reuniones religiosas; mientras que el tradicionalismo moral incluye, por ejemplo, actitudes de rechazo hacia derechos de los homosexuales para presentarse como candidatos, el matrimonio entre personas del mismo sexo, y el aborto cuando la salud de la madre está en peligro.

Dado que la religión representa una forma de interpretar el mundo, y la pertenencia a un grupo religioso aumenta la identificación con otros grupos, incluidos los políticos, es lógico pensar que las religiones representan una identificación del grupo social con componentes afectivos y cognitivos, los cuales amplían la extensión del individuo, pasando de lo más personal a lo más social, permitiendo que las personas se identifiquen con otras.

la pertenencia a un grupo religioso aumenta la identificación con otros grupos, incluidos los políticos

Asistir a la iglesia y a grupos religiosos implica que la feligresía se reúne con relativa frecuencia, aumentando las probabilidades de deliberar y potencialmente acercarse a la política. En América Latina existen algunas experiencias en ese sentido, tanto entre católicos cercanos a la teología de la liberación, como entre integrantes de iglesias evangélicas.

Ahora bien, cuando las cuestiones morales no destacan en la agenda pública ni son políticamente importantes, entonces quienes favorecen el tradicionalismo moral podrían preferir alejarse de la política. Por otro lado, si las cuestiones morales resultan importantes, quienes favorecen el tradicionalismo moral podrían acercarse a la política. En el texto se asume el primer escenario.

Tres hipótesis

En las encuestas del Barómetro de las Américas la pregunta sobre identificación partidista dice: “¿Se identifica actualmente con un partido político?” sin incluir nombres de partidos. Si bien esto podría subestimar el partidismo, ello se traduce en una prueba más difícil para el impacto de las variables religiosas, al no poder asociarse en la mente de las personas entrevistadas a un partido conservador con religiosidad o tradicionalismo moral.

Para desarrollar este estudio, se establecieron tres hipótesis: 1) pertenecer a una religión aumentará la identificación partidista; 2) ser muy religioso también aumentará dicha identificación y 3) mayores niveles de tradicionalismo moral disminuirán esta identificación. Los datos provienen de las encuestas del Barómetro de las Américas levantadas en 2016 para un subconjunto de 18 países.

También se incluyeron variables de control, tales como género, edad, educación, riqueza, habitantes de localidades urbanas y situación laboral, (empleado, desempleado y cuidado del hogar). Adicionalmente, se agregaron consumo de noticias, intensidad ideológica en la política en el espectro izquierda-derecha y en la economía, sobre el papel del Estado como propietario de las industrias más importantes. Por último, se incluyeron evaluaciones retrospectivas de la economía nacional y tres medidas de capital social: asistencia a las reuniones de una asociación de padres de familia en la escuela, de un comité o asociación de mejora de la comunidad y confianza interpersonal. La medida a nivel país fue el índice de Gini de 2014.

Algunos hallazgos

En los modelos se encontró un impacto positivo de la religiosidad y uno negativo del tradicionalismo moral en la identificación partidista. En la gráfica 1 se presentan cuatro paneles: a) religiosidad; b) tradicionalismo moral; c) religiosidad entre católicos (línea punteada) y entre no católicos (línea continua); d) religiosidad entre evangélicos (línea punteada) y entre no evangélicos (línea continua).

Gráfica 1. Probabilidad de identificarse con un partido político. a) religiosidad; b) tradicionalismo moral; c) religiosidad entre católicos (línea punteada) y entre no católicos (línea continua); d) religiosidad entre evangélicos (línea punteada) y entre no evangélicos (línea continua). Variable dependiente: probabilidad de identificarse con un partido político.

En el panel a, quienes se ubican en los niveles más bajos de religiosidad tienen el 21 por ciento de probabilidad de identificarse con algún partido político, mientras que quienes reportan los niveles más altos de religiosidad tienen más probabilidades de identificarse con los partidos políticos (27%). En cambio, en el panel b, quienes muestran los niveles más altos de tradicionalismo moral tienen menos probabilidades de identificarse (22%), mientras que los niveles más bajos tienen más (28%). Estos hallazgos confirman las hipótesis, aunque futuras investigaciones podrían explorar qué ocurre en situaciones donde el tradicionalismo moral destaca en la agenda pública.

Por último, aunque entre los hallazgos también destaca que la religiosidad entre católicos parece aumentar el partidismo en casi una decena de puntos (panel c), no es el caso entre los evangélicos (panel d). Esto sugiere la necesidad de realizar estudios adicionales para continuar investigando sobre las bases religiosas de la identificación partidista en la región, así como incluir análisis que nos permitan conocer más sobre la relación entre variables religiosas y la orientación ideológica del partido político preferido.

El autor

Alejandro Díaz Domínguez es profesor de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey. Es Doctor en Ciencias Políticas, por la Universidad de Vanderbilt. Es líder del Grupo de Investigación en Democracia, Corrupción y Asuntos Globales. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI). @alejdiazd

Para saber más

Este artículo de divulgación está basado en un artículo de investigación disponible en: https://link.springer.com/article/10.1007/s41603-020-00096-1