¿Están los invidentes excluidos de la tecnología?

Por Emmanuel Cruz*
Artículo de divulgación

Hoy en día, la tecnología juega un papel muy importante en el desarrollo del ser humano, influyendo en la manera que adquirimos conocimientos para desenvolvernos dentro de las sociedades modernas. Es por esto que la tecnología se ha convertido en una herramienta esencial para nuestro desarrollo tanto profesional, como personal y social. En la sociedad mexicana, el rol de la tecnología ha incrementado de tal manera que las instituciones educativas se han visto en la necesidad de implementar herramientas tecnológicas con el fin de mantener el nivel de competencias de cada individuo. Sin embargo, dichas herramientas no han sido pensadas para ser utilizadas por personas con discapacidad, por lo que se ven en desventaja ante las oportunidades de desarrollo dentro de la sociedad. Al no tener las mismas oportunidades, las personas invidentes sufren en la búsqueda de su realización personal, afectando directamente en su calidad de vida y arriesgando el cumplimiento de sus derechos humanos, como lo son el derecho a una educación y el derecho al trabajo.

Para visibilizar la magnitud de la problemática, en este artículo se demuestra el impacto que genera la falta de herramientas tecnológicas dentro de las sociedades invidentes en las poblaciones mexicanas, y cómo dicho impacto afecta en su calidad de vida, conduciendo a un rezago social, económico y educativo, atentando directamente contra su integridad y su dignidad humana. Por otro lado, analizamos esta problemática abordando fundamentos éticos que nos brinden las bases para demostrar cómo se están vulnerando los derechos humanos de la sociedad invidente debido a su condición física.

Exclusión social
Según la Fundación Europea (1995), la exclusión social es el proceso mediante el cual los individuos o grupos son total o parcialmente excluidos de una participación plena en la sociedad en la que viven. Por otro lado, Karlos Pérez de Armiño y Marlen Eizagirre (S.f), explican que este proceso, opuesto al de “integración social”, da lugar a una privación múltiple, que se manifiesta en los planos económico, social y político.

Derivado de esta explicación podemos argumentar que la exclusión social es una actividad negativa de la sociedad que vulnera el principio del respeto a las personas, ya que como nos comentan Marina González y Alberto Hernández, el principio de respeto “consiste en ser consecuente con la convicción de que todo ser humano está dotado de libertad, que tiene capacidad de conocer y entender los problemas y es capaz de tomar decisiones para la superación de los mismos”, asimismo, este principio junto con la teoría de los derechos sostiene que todas las personas tienen naturalmente derechos y que deben ser reconocidos y aceptados. De esta manera, se puede comprender cómo los derechos de las personas se ven afectados al ser excluidos dentro de una sociedad, por lo que se debe asegurar que cada individuo sea tomado en cuenta en todo tipo de institución u organismo, respetando sus derechos a la educación y al trabajo, sea cual sea su condición física, deben ser contemplados para integrar cualquier institución social sin sufrir ningún tipo de discriminación que los aleje debido a su condición, ya sea alguna discapacidad, religión, raza, etcétera.

Para complementar esta idea, abordaremos la perspectiva de los derechos del filósofo John Locke (1632), considerado como uno de los más influyentes pensadores del empirismo inglés, cuyo pensamiento interpretaba cómo los derechos son una característica propia del ser humano y que no deben verse afectados ante ninguna circunstancia social: “no debe dañarse ni la vida, ni la salud, ni la libertad, ni las posesiones de persona alguna. De acuerdo con esta teoría, los derechos morales deben ser naturales, ni creados ni inventados; universales, que no cambian de un lugar a otro; iguales para todos, sin distinción de género, raza o capacidad; inalienables en el sentido de que no pueden ser cedidos de una persona a otra”.

Instituciones sociales
Es importante también comprender a fondo el papel de las instituciones sociales, donde el Dr. Roland Verwiebe (s.f) proporciona el siguiente significado: “Social institutions are a system of behavioral and relationship patterns that are densely interwoven and enduring, and function across an entire society”. El principio de la responsabilidad juega un papel importante dentro de las instituciones, el cual fue enunciado de manera más clara por H. Johns, donde expresa: “obra de tal modo que las consecuencias de tu acción sean compatibles con la permanencia de la vida auténticamente humana sobre la tierra”. De tal modo que es una responsabilidad para las instituciones el implementar acciones para buscar el desarrollo positivo de sus integrantes, ya sean instituciones educativas, gubernamentales, o de trabajo.

Las instituciones educativas tienen el papel de cuidar el desarrollo social de cada uno de sus integrantes, estas son encargadas de generar un conocimiento que aporte las herramientas necesarias para su desarrollo dentro de la sociedad y así poder ser integrados a organismos donde puedan mantener una estabilidad en su calidad de vida.

Herramientas
Las herramientas de desarrollo son esenciales dentro de las sociedades. Según la página web “De conceptos”, la palabra herramienta proviene etimológicamente del vocablo latino “ferramentum”, compuesta por “ferrum” = hierro y “mentum” = instrumento. “Podemos definir a las herramientas como aquellos instrumentos externos al propio cuerpo, que facilitan las tareas, economizando esfuerzo y tiempo”.

Las herramientas tecnológicas son fundamentales para el ser humano, siendo así necesarias para la elaboración de tareas y actividades dentro de la sociedad. Y así generar individuos autónomos que puedan desenvolverse en diferentes campos en la sociedad. Es por ello que, el principio de autonomía se lleva de la mano con el papel de las herramientas en la sociedad, tal principio argumenta “que las personas son libres y que por lo tanto pueden elegir por sí mismas lo que es mejor”, de tal modo que, si cada individuo cuenta con las herramientas necesarias, podrán tener la capacidad de tomar sus propias decisiones.

La falta de herramientas para las personas invidentes dentro de la sociedad es algo que atenta contra sus derechos humanos, ya que pierden la oportunidad de integrarse dentro de instituciones educativas y así poder desarrollarse en el ámbito profesional para tener una calidad de vida deseada. Es por ello que, como ciudadanos, debemos considerar a estos individuos dentro de nuestros proyectos, contemplarnos y apoyarnos en cada uno de nuestros roles para construir una sociedad que integre la equidad de oportunidades para todos sus integrantes.

La ceguera afecta a 467 mil personas en México, es la segunda causa de discapacidad y es considerada la segunda discapacidad más inhabilitante.

Antecedentes
Según el INEGI (2013), la ceguera es la segunda causa de discapacidad en México, más de la mitad de los afectados de entre 6 y 29 años no asiste a la escuela. Considerada por organismos internacionales como la segunda discapacidad más inhabilitante, la ceguera o debilidad visual afecta a 467 mil personas en México. Pese al subregistro de casos que señalan investigadores y especialistas, también es considerada como la segunda causa de discapacidad en nuestro país. Organismos internacionales como Naciones Unida han iniciado un proceso para asumir la discapacidad con una visión integral y transmitir un mensaje “muy claro a la sociedad para que asuma que es parte del problema, ya que la integración de las personas con discapacidad no sólo depende de su atención médica o rehabilitación, sino de las oportunidades educativas y laborales a que tengan acceso”.

Al respecto, INEGI señala que el 51.7 por ciento de la población con discapacidad visual de 6 a 29 años de edad no asiste a la escuela, mientras que 32.2 por ciento del total de las personas ciegas o débiles visuales en México es analfabeta. En el campo laboral, 32 por ciento de las personas ciegas o débiles visuales mayores de 12 años en México se encuentran económicamente activos.

Con esta información, podemos darnos una idea más compleja sobre la falta de inclusión social que se está generando en las personas invidentes, como el INEGI nos indica, el 51.7% de las personas invidentes entre 6 y 29 años no cuenta con la oportunidad de asistir a la escuela, esto nos hace pensar cómo el nivel de educación, sus condiciones de salud, vivienda y población se ven afectadas, de tal modo que es posible relacionar el principio de justicia con esta problemática, el cual nos explica cómo se reparten los derechos de las personas, ya que según el Informe Belmont, “existe un derecho de todas las personas a participar en los beneficios del avance social”, de tal modo que podemos inferir cómo el avance social es llevado de la mano por las herramientas tecnológicas que contamos en nuestras instituciones, para así poder generar las competencias necesarias que se necesitan en la nuestra vida y así tener una calidad de vida promedio dentro de la sociedad.

Impacto de la falta de herramientas tecnológicas
Hoy en día, las instituciones educativas se han visto en la necesidad de implementar diferentes tipos de herramientas para mejorar el nivel académico de sus estudiantes, sin embargo, dichas herramientas no han sido pensadas para la sociedad con discapacidades, en este caso, la sociedad invidente, al respecto Andrew Park (2000) comenta lo siguiente: “Con la aparición y difusión del libro y la lectura, se acentuó la brecha en el acceso a la información entre las personas ciegas y el resto de la sociedad. No fue hasta mucho tiempo más tarde, primero con los textos en Braille y después con el desarrollo de tecnologías como la radio o la televisión, cuando estas diferencias en el acceso de la información se vieron notablemente reducidas. No obstante, ninguno de estos avances logra con suficiente amplitud y rapidez dar a las personas ciegas acceso a la creciente información disponible”.

Es importante reconocer el papel de las herramientas tecnológicas en el desarrollo de la sociedad invidente y cómo estas impactan directamente en su formación académica. El INEGI (2011) por su parte, argumenta que “la educación permite obtener conocimientos, habilidades y aptitudes para desenvolverse individual, familiar y socialmente. Además, la posición socioeconómica de un país está estrechamente vinculada con el nivel educativo que logran sus habitantes, razón por la cual es considerada como el mejor instrumento para enfrentar las dificultades del desarrollo social”.

Las herramientas tecnológicas como el teclado braille y el talkback facilitan las actividades de personas con ceguera.

Por esto, las herramientas tecnológicas como lo son el teclado braille o la función “Talkback” en los dispositivos visuales, son de vital importancia para la elaboración de actividades tanto académicas como sociales en la sociedad de invidentes, ya que como comenta Rafael Romero (2001), “la tecnología no sólo facilita las actividades de las personas con discapacidad, sino que también posibilita actividades que sin su ayuda serían irrealizables. Les permite la realización de tareas y funciones que aumentan su seguridad y bienestar, generando una mejor calidad de vida”. Teniendo la tecnología necesaria, las personas invidentes podrán adquirir los conocimientos que normalmente no pueden absorber, mejorando su actividad mental y la capacidad para el desarrollo de tareas, para así poder ampliar su derecho de acceso a la educación y eliminando las barreras con las que una persona invidente se enfrenta a la hora de formarse en el ámbito educativo, social y laboral en México hoy en día.

Dando lugar al principio de la beneficencia, el cual argumenta que “la acción del profesional debe buscar siempre hacer el bien al sujeto, usuario o beneficiario de la acción”, nos hace saber que las instituciones educativas se encuentren en un papel muy importante para formar ciudadanos capaces de aplicar los conocimientos adquiridos dentro de dichas instituciones, de tal manera que deben encontrarse en la búsqueda constante de la mejora de cada integrante de la institución, apuntando siempre a generar un bien en sus acciones para preparar positivamente a la sociedad de invidentes en la vida real. Y no por ser una sociedad que cuenta con una discapacidad física, se pierda el interés en mejorar su rendimiento académico debido a que este conlleva un trabajo diferente al usual. Por otra parte, sabemos que esta falta de consideración a las sociedades invidentes atenta contra su dignidad humana, ya no que son respetados y valorados como un ser individual y social, sino que se les excluye de participar en actividades que los formen como un individuo independiente dentro de la sociedad.

Condiciones sociales de los invidentes
El INEGI (2014) argumenta que “conocer la proporción de personas con discapacidad vinculadas a las actividades económicas, que trabajan o buscan hacerlo, así como el tipo de actividades que realizan los que no están en dicha situación, es de gran importancia para identificar su nivel de integración laboral y social. El trabajo, además de proporcionar los recursos necesarios para la supervivencia, posibilita acceder a otros bienes que sobre las oportunidades y las características sociales de la población”.

Para comprender más a fondo las condiciones sociales de las personas invidentes en México, abordaremos un estudio realizado por el INEGI en el 2014, que nos provee los siguientes datos: “De cada 100 personas con dificultades para ver en edad escolar, 53 asisten a la escuela. En cuanto a la condición de alfabetismo de la población de 15 años y más, la cual se refiere a la habilidad para leer y escribir a una edad en la que deberían de poder hacerlo, 77 de cada 100 personas son analfabetas. El siguiente indicador que permite examinar las condiciones de trabajo de las personas es el salario o ingreso por trabajo, calculado de forma mensual, de acuerdo con el salario mínimo mensual (SMM) vigente al momento del levantamiento censal, entre 1,634 y 1,724 pesos, dependiendo del área geográfica. En el 2010, de cada 100 personas ocupadas con limitaciones para ver, 17 perciben hasta un salario mínimo mensual, 24 ganan de uno a dos salarios, 17 obtienen de dos a tres SMM, 12 ganan de tres a cinco SMM, 5 reciben de cinco a diez SMM, 2 ganan más de diez salarios mínimos al mes, y prácticamente 14 no reciben ingresos por su trabajo.

Por otro lado, la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México (2010), reveló que sólo el 19.1% de las personas con discapacidad considera que sus ingresos son suficientes para cubrir sus necesidades básicas, y de cada 100 personas con discapacidad, 95 viven y dependen de su familia.

Gracias a estos datos, es posible darnos un panorama real sobre la situación que vive la sociedad invidente hoy en día y cómo ésta se ve afectada por los ingresos que llegan a percibir. Esto genera consecuencias negativas tales como la falta de recursos para la supervivencia, la exclusión social, discriminación, etcétera. A raíz de esto, podemos analizar cómo se están vulnerando los derechos de la sociedad invidente dentro de la sociedad mexicana y que esto, efectivamente es una gran problemática que debe ser atendida urgentemente por todos los ciudadanos, organismos e instituciones. Esto ayudará a la sociedad mexicana a tener un desarrollo social firme y revalidará el trato justo que se le debe otorgar a la sociedad invidente, donde el objetivo principal sea su inclusión dentro de instituciones tanto educativas como laborales.

Conclusión
Gracias a la información incluida en este artículo, sabemos que realmente se está afectando la calidad de vida de las personas invidentes por la falta de implementación de herramientas especializadas para invidentes dentro de las instituciones y que, debido a esto, tienden a sufrir cuando buscan desarrollarse en nuestra sociedad, ya que, al no poder ser partícipes de actividades laborales, pierden la capacidad de generar ingresos que les den la seguridad de mantener una calidad de vida digna.

Este tema es una gran problemática que debe ser atendida por todos los miembros de la sociedad; es necesario ser partícipe en todas las actividades que tenemos como ciudadanos, para así ser merecedores de los derechos que debemos tener como parte de una ciudadanía. Sin herramientas diseñadas específicamente para la sociedad invidente, ellos no son capaces de desenvolverse en las actividades diarias que realiza cada ciudadano, y por ello es difícil generar un estado de equilibrio que les otorgue los derechos que merecemos como seres humanos. Por otro lado, como Ingeniero en Sistemas Digitales y Robótica, es necesario aplicar mis conocimientos para generar tecnologías que busquen la inclusión social de la sociedad de invidentes, para que, de esta manera desarrollen las competencias necesarias en las instituciones educativas que les dé las herramientas para competir en el rubro profesional y así puedan tener una calidad de vida promedio como la de cualquier ciudadano.

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* El autor de este artículo es alumno de Sistemas Digitales y Robótica del Tec de Monterrey, Campus Puebla. En 2016 realizó un intercambio internacional en la École d’ingénieurs ECE Paris, en donde estudió Sistemas Embebidos y colaboró en el desarrollo de un sistema de lentes detector de parpadeos, para aplicación usada por gente con esclerosis múltiple. emmacruz92@hotmail.com

 

¿Quieres saber más sobre este tema?
Deconceptos (Página web). (S.f). Concepto de herramienta. 2 de mayo de 2018, de Deconceptos.

Flores Valentín, Merarí González Rios, Noemi Álvarez Gómez, Miguel. (2 de agosto de 2010). El desarrollo de materiales educativos para invidentes a través de tecnología. 22 de marzo de 2018, de Nosolousabilidad.

INEGI. (2013). Las personas con discapacidad en México, una visión al 2010. 22 de marzo de 2018, de INEGI.

INEGI. (2010). La discapacidad en México, datos al 2014. 22 de marzo de 2018, de CONADIS.

Karlos Pérez de Armiño y Marlen Eizagirre . (2005). Exclusión social. 22 de marzo de 2018, de Diccionario de Acción Humanitaria y Cooperación al Desarrollo.

Luisa Montuschi. (Febrero 2004). Ética y razonamiento moral. 22 de marzo de 2018, de UCEMA.

Marina González Martinez y Alberto Hernández Baqueiro. (S.f). Temas básicos del ejercicio profesional. En Ética, profesión y ciudadanía (49-78). México: Porrua ITESM.

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