¿Es la leche un enemigo a vencer?

Por Rosa del Carmen Vázquez García

Cuando Sonia visitó al pediatra para llevar a su bebé vivió un momento preocupante y triste debido a que el médico le dijo que al haberle dado leche de vaca a su bebé de 9 meses de edad había provocado que éste desarrollara una importante alergia que estaba dañando órganos importantes, y que incluso podría llevarlo a la muerte.

Hasta que el médico le brindó la información adecuada y basada en evidencia científica acerca de los efectos de la leche de vaca en los bebés, fue cuando Sonia se enteró que a pesar de que todos sus conocidos le dijeron que era un producto totalmente sano, en realidad es muy peligroso dar a un recién nacido leche entera.

Actualmente existen campañas en redes sociales (#LecheNoGracias) que nos invitan a no consumir productos lácteos por diversos motivos. Ahí se recalca la afectación que la leche puede provocar a la salud humana y ambiental, y se brinda información no científica alarmante de lo que las personas somos capaces de provocar por producir a gran escala este alimento.

En contraparte, el consumo de leche materna humana o de cualquier otro mamífero es de vital importancia para el desarrollo infantil por la gran cantidad de nutrientes contenidos. Tal es el caso de las proteínas que incluyen todos los aminoácidos esenciales, lípidos base en la formación de las paredes celulares, minerales importantes para la formación de huesos que no se encuentran en otros alimentos, además de la lactosa, que es uno de los compuestos que ayudan en la formación de las estructuras cerebrales.

Pese a que se ha demostrado que una de las afecciones más comunes provocadas por la leche se encuentra relacionada directamente con diversos tipos de alergias respiratorias o gastrointestinales; se sabe que su aparición en edades inferiores a los 12 meses después del parto es causada por la exposición a proteínas lácteas no humanas o a otras albúminas (proteínas) que se encuentran en el huevo o el trigo. Estas alergias tienden a desaparecer durante los primeros 5 años de vida y de todas ellas sólo el 6 por ciento son consideradas de tipo genético, razón por la cual sólo este porcentaje de individuos tendrán una alergia que no desaparecerá a lo largo de toda su vida.

¿Cómo se deben consumir los lácteos?

Para evitar que se presenten afecciones provocadas por el consumo lácteo en infantes, la Organización Mundial de la Salud ha establecido que el alimento de cualquier recién nacido debe ser leche materna exclusivamente hasta los 6 meses de edad; y posteriormente se puede complementar con leche de cualquier otro mamífero, a partir de los 12 meses, evitando por completo alimentos de alta cantidad proteica y completando la alimentación con frutas y legumbres.

Por otra parte, en personas adultas, el consumo de proteínas lácteas ayuda al desarrollo de tejidos, principalmente el muscular y el óseo, previniendo enfermedades degenerativas como la osteoporosis. En personas de la tercera edad, las presencias de ciertos ácidos grasos provenientes de la leche coadyuvan en la prevención de la aparición de diabetes tipo 2, y aunados a un estilo de vida saludable, disminuyen el riesgo de padecer obesidad. Además, hasta el momento no existe evidencia clara de una relación entre el consumo de leche y la aparición de enfermedades como el cáncer de mama o de próstata como algunos medios no científicos han informado.

Igualmente se ha señalado que el consumo de leche puede llevar a la aparición de afecciones renales por la gran cantidad de solutos que contiene, particularmente por la cantidad elevada de fósforo, sin embargo, se ha demostrado que el consumo del producto no debe limitarse a menos que exista una enfermedad renal muy avanzada, por lo que puede considerársele sin riesgo en la dieta de personas con algunos padecimientos renales.

Por otro lado, la industria lechera es una de las más sustentables en lo que se refiere al sector de la cría y desarrollo de ganado, representando un nicho de contaminación minúsculo al lado de otros productos que se encuentran en el mercado. En cualquier animal lechero, el cuidado de la hembra que se encuentra lactando es vital para tener un producto de buena calidad, razón por la cual las vacas lecheras son cuidadas con particular esmero. El exceso de estrés en el animal puede llevar a la disminución en la producción de leche, y su mala alimentación provoca que se obtengan bajos rendimientos lácteos en productos derivados. Por lo tanto, es necesario que exista cierto control en el cuidado alimentario, además de promover el pastoreo y libertad para eliminar el estrés, derivando en una producción más elevada.

La relación que la vaca tiene con su cría es fundamental para que exista leche, ya que la estimulación de las glándulas mamarias es requerida para que no se deje de producir, y si ésta es separada puede llevar a niveles de estrés que eliminarían la producción. Por tal motivo, la cría se mantiene al lado de su madre por lo menos hasta que alcance una edad de 5 meses, tiempo en el que generalmente es destetada. Una vez que la cría no requiere más estar con su madre, la vaca se sigue estimulando hasta que alcanza un máximo de 8 meses tras el parto. La extracción de la leche es totalmente necesaria para que la glándula no se infecte por el exceso de leche.

La ciencia detrás de la producción lechera

En el Tecnológico de Monterrey campus Querétaro, científicos del Centro de Bioingeniería del Grupo de Investigación de Enfoque Estratégico Nutriomics y Tecnologías Emergentes; se han enfocado al análisis y desarrollo de derivados lácteos sustentables, y al uso de productos de desecho como el suero quesero. Los esfuerzos y compromisos de este grupo están dirigidos a brindar más y mejores nutrientes en la dieta de la sociedad mexicana, por ello se impulsa el desarrollo de quesos y yogurt con probióticos, innovando en los procesos tecnológicos, y apoyando e impulsando a productores nacionales en los procedimientos para la obtención de denominaciones de origen.

Desarrollamos productos 100 por ciento mexicanos que sean competitivos en el mercado internacional, todo con el fin de obtener información científica en torno a este importante alimento.

El sector de la producción láctea ha estado en el ojo del huracán desde hace tiempo, por ello, es muy importante desarrollar investigación científica fiable y que pueda acabar con la desinformación de la población acerca de uno de los principales alimentos del ser humano.

En este sentido no todo está dicho, y por ello es muy importante la información que recibimos y sobre todo de quién la recibimos. El error de Sonia fue no estar bien informada acerca de lo que puede o no comer su bebé. Lejos de lo que algunos grupos sociales quieren mostrar, y basados en evidencia científica, la leche es un “súper alimento” capaz de complementar nuestra alimentación en casi cualquier etapa de la vida, debido a que contiene todos los nutrientes necesarios para tener una buena salud. Y tú, ¿ya tomaste tu vaso de leche hoy?

Autora:

M.C. Rosa del Carmen Vázquez García, Estudiante de Doctorado en Biotecnología de la Escuela de Ingeniería y Ciencias del Tecnológico de Monterrey, Campus Querétaro. Correo electrónico: a00793391@itesm.mx

Asesora:

Dra. Sandra Teresita Martin del Campo Barba, Doctora en Procesos Biotecnológicos SNI 1, Profesora Investigadora de la Escuela de Ingeniería y Ciencias. Tecnológico de Monterrey, Campus Querétaro. Correo smartinde@tec.mx

Asesor editorial:

Jesús Eduardo Elizondo Ochoa. Doctor en Biotecnología (Tecnológico de Monterrey), Doctor en Odontología, Profesor-investigador de la Escuela de Ingeniería y Ciencias y de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (CONACyT). je.elizondo@tec.mx

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Para saber más:

Hernández Galán, L., Cardador Martínez, A., Picque, D., Spinnler, H. E., López del Castillo Lozano, M., & Martín del Campo Barba, S. T. (2016). Angiotensin converting enzyme inhibitors and antioxidant peptides release during ripening of Mexican Cotija hard cheese. Journal of Food Research, 5(3), 85-91. doi 10.5539/jfr.v5n3p85

Martín-del-Campo, S. T., Martínez-Basilio, P. C., Sepúlveda-Álvarez, J. C., Gutiérrez-Melchor, S. E., Galindo-Peña, K. D., Lara-Domínguez, A. K., & Cardador-Martínez, A. (2019). Production of Antioxidant and ACEI Peptides from Cheese Whey Discarded from Mexican White Cheese Production. Antioxidants, 8(6), 158. doi 10.3390/antiox8060158

Referencias:

Espinoza Cuevas, M. d. (2016). Enfermedad Renal. Gaceta Médica de México, 152(1), 90-96.

Guillén-López, S., & Vela-Amieva, M. (2010). Desventajas de la introducción de la leche de vaca en el primer año de vida. Acta Pediátrica de México, 31(3).

Sanz Ortega, J., Martorell Aragonés, A., Michavila Gómez, A., & Nieto García, A. (2001). Estudio de la incidencia de alergia mediada por IgE frente a la proteína de la leche de vaca en el primer año de vida. Anales de Pediatría, 54(6), 536-539.

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