‘El día de mi boda fui primero al laboratorio a preparar unas muestras’

Por Michael Ramírez | Transferencia Tec
Entrevista

Andrea Gómez-Maqueo es una EXATEC destacada en la ciencia… en un mundo en donde menos del 30 por ciento de los investigadores de todo el mundo son mujeres.

Hoy, en el Día Internacional de la Mujer, ella hace una breve reflexión sobre su trayectoria científica y sobre los retos de ser mujer investigadora. Acepta que su mayor miedo es saber si podrá balancear sus responsabilidades entre la investigación y formar una familia, para que su carrera no sea “castigada” por el hecho de convertirse en madre.

Ella es ingeniera en Industrias Alimentarias, egresada del Tec, tiene una Maestría en Química Agrícola y Nuevos Alimentos, y un Doctorado en Ciencias de la Alimentación en por la Universidad Autónoma de Madrid, España. Además, como realizó su tesis doctoral en cotutela con el Tec, también recibió el título de Doctorado en Biotecnología con mención honorífica.

Su tesis doctoral  -de la cual se desprendieron 10 artículos científicos en revistas Q1, un capítulo de libro y numerosas participaciones en congresos y reconocimientos-  se enfoca en el estudio y diseño de alimentos de bajo índice glicémico con liberación prolongada de energía, con el fin de contribuir a la lucha contra la alta incidencia de diabetes tipo 2 en Asia.

Actualmente trabaja en el Institute of Food and Biotechnology Innovation, en Singapur, en donde realiza investigación dirigida a prevenir la diabetes, mejorar de la salud y promover el envejecimiento saludable a través de un enfoque multidisciplinario reuniendo experiencia en ciencia de los alimentos.

En su reciente participación en el 52 Congreso de Investigación y Desarrollo, del Tec de Monterrey, ofreció una conferencia en donde compartió consejos para los y las futuras profesionistas. Comentó que la identidad profesional propicia el cambio de ideas, pero para alcanzarla, hay que ser resiliente, tener sentido común, ser audaz y trabajar día a día en la propia persona.

Cuéntanos una anécdota juvenil o infantil sobre el primer momento o situación de tu vida que te aproximó a la ciencia y despertó tu curiosidad por la búsqueda del conocimiento.
De niña, vivía en Estados Unidos con mi familia y me encantaba ver una serie llamada “El autobús mágico”. Trataba de una maestra, Ms. Frizzle, que llevaba a su salón de clases de excursión en un autobús mágico capaz de transformarse en cualquier cosa. En él, exploraban diferentes temas de ciencia. En la primaria, cada mes recibíamos un catálogo de libros de la editorial Schoolastic y yo estaba obsesionada con los libros de la serie.

A nivel académico, ¿cuál fue tu primera experiencia científica que te marcó profesionalmente? ¿Hubo algún profesor o profesora que te inspiró?
La primera experiencia científica que me marcó fueron mis prácticas profesionales en Alemania. El año anterior había estado de intercambio en la Universidad de Munich (TUM) y fui seleccionada para participar en un programa de seis meses en uno de los centros más grandes de I+D de Nestlé a nivel mundial. Obtuve aprendizajes sobre la investigación y el desarrollo en empresa que se quedarán conmigo toda la vida.
Durante mis estudios de carrera en el Tec, me gustaban mucho las clases de la Dra. Sara Guajardo y la Dra. Perla Ramos, son investigadoras a quienes admiro mucho.

Platícanos sobre tu proyecto de investigación doctoral, que consistió en mejorar el potencial saludable de la tuna y sus antioxidantes, ¿qué resultados obtuviste?
La tuna contiene antioxidantes que podrían contribuir a la reducción de riesgo de la obesidad, síndrome metabólico y diabetes tipo 2. Sin embargo, para que el consumo de tuna brinde un beneficio a la salud, sus antioxidantes deben ser liberados de la matriz alimentaria, transformados en el tracto gastrointestinal y absorbidos por el cuerpo. La alta presión hidrostática (APH) es una tecnología innovadora para procesar alimentos, la cual altera la microestructura del alimento y modifica o rompe los compartimentos intracelulares en donde se encuentran estos compuestos saludables.

El objetivo de la tesis fue mejorar el potencial saludable de la tuna mediante el empleo de la APH para aumentar la bioaccesibilidad de sus antioxidantes. Para lograr este objetivo se identificaron los antioxidantes de distintas familias y se estudiaron sus actividades biológicas (antioxidantes, antiinflamatorias, antihiperglucémicas y delipidantes). Asimismo, se estudió el efecto de la APH sobre los antioxidantes, la microestructura del alimento, y la estabilidad digestiva y bioaccesibilidad de esos compuestos.

En mi tesis doctoral se comprobó que ciertos tratamientos de APH podrían mejorar la bioaccesibilidad de los antioxidantes de la tuna, por ende, contribuyendo a su potencial saludable.

Sabemos que egresaste del doctorado con muchos artículos científicos publicados, algo poco común. ¿Cómo lo lograste y qué representa para ti?
Como parte de mi doctorado, publicamos 10 artículos científicos y un capítulo de libro. Pero además, durante ese tiempo tuve la oportunidad de participar en otros temas de investigación, sobre todo relacionado con los carotenoides (precursores de la vitamina A) sobre el cual mi asesora de tesis tiene amplia experiencia. Esto resultó en la publicación de más artículos científicos, los cuales no forman parte de mi tesis.

Para mí, la publicación de artículos científicos de alta calidad representa los frutos de mucho esfuerzo, no solo mío, sino de mis asesores de tesis, compañeros de grupo, practicantes, y estudiantes. Me siento orgullosa de haber formado parte de un equipo de trabajo tan efectivo y sobre todo de haber recibido tanta confianza y aliento por parte de mis asesores.

¿Consideras que la cultura científica debe permear más en la sociedad, particularmente ante la desinformación y las fake news científicas?
Sí. A lo largo de la historia, los científicos siempre han luchado para ser escuchados y divulgar sus ideas. Sus esfuerzos y descubrimientos han contribuido al avance de la humanidad. Quienes tenemos el privilegio de vivir en el siglo XXI, en donde existe el respeto por la ciencia como campo de estudio y profesión, tenemos la responsabilidad de involucrarnos activamente en su difusión y divulgación para el beneficio de la sociedad.

Diferentes estudios muestran una participación minoritaria de mujeres en áreas STEM, ¿te enfrentaste a algún reto como alumna o investigadora de ciencias “duras”?
A lo largo de mi carrera he tenido la fortuna de estar rodeada de profesionales (mujeres y hombres) que apoyan la lucha de la mujer por la igualdad. Sin embargo, también me ha tocado observar temas de brecha salarial, condiciones pobres y de baja por maternidad. Considero que el mayor reto que me espera en el futuro será el de balancear mis responsabilidades entre la investigación y formar una familia. Sobre todo, que mi carrera no sea “castigada” por el hecho de convertirme en madre.

¿Cuál consideras que ha sido tu mayor logro en tu carrera como investigadora?
Mi mayor logro es contribuir al avance de la ciencia a través de la publicación de artículos científicos, participaciones en congresos, y el preparar a personas para el éxito. Me siento orgullosa de contribuir a la formación de personas que salen a obtener buenos trabajos y a triunfar.

Ahora cuéntanos el mayor obstáculo al que te has enfrentado como científica.
Mi mayor obstáculo ha sido balancear mi vida personal y mi carrera. La investigación es muy demandante y competitiva. Además, requiere de mucho esfuerzo y dedicación. Actualmente llevo 11 años con mi pareja y estamos felizmente casados. Sin embargo, tuvimos que trabajar mucho en nuestra relación a distancia para poder crecer en nuestras carreras respectivas. Como dato curioso, por la mañana del día de mi boda fui con gusto al laboratorio a preparar unas muestras.

¿Cómo fue tu experiencia en el Tec de Monterrey como alumna e investigadora?
Como muchos EXATEC, en el Tec de Monterrey me siento como en casa. Antes de ser alumna, mi papá solía llevarme al Tec a ver a los animales y a darle de comer a los patos, yo tenía 3 años. Como alumna, disfruté mucho de mis estudios ahí y de las actividades de zumba con Chuy. Como investigadora, siempre estuve muy contenta y el Tec me apoyó enormemente para avanzar en mi carrera. 

¿Podrías explicarnos cuál es tu labor en el Instituto de Innovación en Alimentos y Biotecnología de Singapur (SIFBI, A*STAR) y por qué es importante?
Mi rol es desarrollar proyectos de innovación e investigación para empresas, publicaciones científicas y patentes. Proporcionamos evidencia con base científica para mejorar la salud humana al adaptar estructuras alimentarias para obtener resultados metabólicos deseados. Nuestra investigación está dirigida a prevenir la diabetes, mejorar de la salud y promover el envejecimiento saludable a través de un enfoque multidisciplinario reuniendo experiencia en ciencia de los alimentos, nutrición y ensayos en humanos. Me dedico a desarrollar alimentos ricos en almidón, de bajo índice glicémico y con liberación prolongada de energía con el fin de contribuir a la lucha contra la alta incidencia de diabetes tipo 2 en Asia.

¿Algún mensaje que le quieras dar a las mujeres que quieren hacer carrera científica?
¡Sigan su pasión y su vocación sin importar lo que digan los demás! Esta carrera es para ti si eres curiosa, si te gusta descubrir cómo funciona el mundo, si eres creativa y si te gusta soñar despierta. Las carreras científicas te llevan a desarrollar tu pensamiento crítico, a encontrar la raíz de problemas, y a proponer soluciones únicas para cambiar al mundo y mejorar la sociedad. Además, te encontrarás rodeada de muchas personas como tú que te impulsaran a ser mejor. La carrera científica es un trabajo esencial en la sociedad y necesita de mujeres y hombres con talento.

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