Un vapor asesino

Por Jahir Rolando Rodríguez Rivera
Ciencia Amateur

Desde que tengo uso de razón he tratado de convencer a mi papá de dejar el vicio del cigarro, hasta el punto de haberle propuesto todo tipo de alternativas para dejarlo, unas orgánicas y otras no tan orgánicas, sin tener resultado alguno. Durante este recorrido dimos con el cigarrillo electrónico o vapeador, pero ¿realmente ayuda a la causa, o es igual de dañino que su enemigo el cigarro tradicional?

Claro está que el cigarro común y corriente es uno de los principales factores de riesgo para miles de enfermedades. Esto ha motivado al surgimiento de múltiples alternativas para dejar este vicio, siendo el cigarrillo electrónico una de las opciones más utilizadas por la población. Tanto así que el término “vapear” se ha vuelto algo común y hasta existen foros completamente dedicados a la discusión del tema.

La tendencia de su uso

El cigarrillo electrónico es un dispositivo inalámbrico diseñado para la generación de vapor a base de nicotina, glicerina y saborizantes de todo tipo. Este vapor puede ser inhalado por el usuario supliendo así el uso del cigarro tradicional de tabaco. Este aparato va dirigido a todas aquellas personas que buscan dejar el vicio del cigarro; sin embargo, su uso ha aumentado entre la población joven representando actualmente a la mayoría de los usuarios del vapeador.

Se estima que más de 55 millones de personas usan el cigarrillo electrónico actualmente

En 2011 se estimó que a nivel mundial había alrededor de 6 millones de adultos que utilizaban el cigarrillo electrónico, y en 2016 esta cifra aumentó hasta estimar 35 millones de usuarios globalmente. Esto sin duda activó alarmas en todo el mundo, y fue hasta entonces que se comenzó a poner mayor atención a la tendencia del uso de este aparato. Aún así, se proyecta que para finales de este año 2021 existan más de 55 millones de personas utilizando este dispositivo.

La mayoría de los usuarios comentan que utilizan esta herramienta como alternativa al tabaquismo, sin embargo, existe una población en ascenso de jóvenes que solamente lo utilizan con fines de recreación o por seguir tendencias, generando una amenaza importante para la salud pública y los servicios de salud.

El efecto que tiene el uso del cigarrillo electrónico sobre el cuerpo humano es muy diverso, abarca desde dolor en pecho o tos; síntomas gastrointestinales como náusea, vómito o diarrea, hasta la falta de aire y la necesidad de requerir ventilación mecánica.

Efectos en la salud

Todo era de color de rosas dentro de la comunidad de vapeadores hasta que, en 2019, el Centro de Control de Enfermedades (CDC) en Estados Unidos comenzó a reportar casos graves de jóvenes hospitalizados por el uso de estos dispositivos. Esta nueva condición, denominada daño pulmonar asociado al e-cigarette (EVALI por sus siglas en inglés) se caracteriza por un daño pulmonar grave hasta el punto de requerir cuidados intensivos o de llegar a un estadio fatal.

El efecto que tiene el uso del cigarrillo electrónico sobre el cuerpo humano es muy diverso, abarca desde ser completamente asintomático hasta la necesidad de requerir ventilación mecánica. Los pacientes presentan síntomas respiratorios como falta de aire (moderado a severo), dolor en pecho o tos; síntomas gastrointestinales como náusea, vómito o diarrea. A simple vista podrían parecer casos muy sencillos, sin embargo, existe un porcentaje alto de pacientes que presentaron complicaciones serias por infecciones o inflamación pulmonar

Entonces, ¿sigo fumando?

Es verdad que los cigarrillos electrónicos no contienen los contaminantes del cigarro tradicional; sin embargo, su uso no es recomendable por múltiples razones. Una es que estos dispositivos igualmente utilizan nicotina, una sustancia adictiva que causa daños a casi todo nuestro cuerpo. También se ha confirmado la presencia de otros tóxicos como metales pesados tales como níquel y plomo, sustancias que se ha confirmado el daño que causan, así como su relación con muchas enfermedades.

Debido a la relativa novedad de este producto, no se cuenta con una regulación apropiada sobre el proceso de elaboración y distribución de los productos relacionados con el cigarrillo electrónico (saborizantes, accesorios, etc.) por lo que los productores no tienen manera de demostrar que cumplen con todas las medidas de salud pertinentes.

se ha confirmado la presencia de metales pesados como níquel, plomo y otras sustancias tóxicas que causan enfermedades

Contestando a la pregunta sobre si entonces es mejor seguir fumando, la respuesta es no. Cualquier adicción es mala, algunas peores que otras, pero siempre van a tener efectos negativos. Por tal motivo, si lo que se busca es dejar el cigarro, esta sin duda no es la mejor opción, y siempre se debe acudir con algún profesional que pueda recomendar cuál es la alternativa que mejor se le adapte a cada uno.

Esta alza en los casos representa un reto para cualquier país y sistema de salud, y no es un tema que se deba de tomar a la ligera. Se recomienda que ningún joven o menor de edad utilice cigarrillos electrónicos o cualquier producto de tabaco debido a las posibles amenazas que representan. Además, se deben apoyar cambios en las políticas públicas para que la distribución y venta de estos productos esté muy bien regulada y se tenga mejor control.

Si alguno de los lectores de este artículo utiliza este dispositivo o alguno similar, debe reconsiderar si realmente le está dejando un beneficio que supere el daño que le puede provocar. Recordemos que al final del día nuestra salud es lo más importante, y nosotros mismos somos los únicos encargados de ella.

El autor

Jahir Rolando Rodríguez Rivera es alumno de 6to semestre de la carrera de Médico Cirujano en la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud del Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey. A00825689@itesm.mx

Asesora

Este artículo es producto final de la materia “Expresión verbal en el ámbito profesional”, un curso bajo la tutoría de la maestra Martha Elena Martínez García.

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