Teocintle: la herencia del maíz

Mariana Zavala López
Artículo de Divulgación

Si pudieras escoger las cualidades a heredar para tus hijos ¿cuáles serían?, en mi caso, posiblemente escogería heredarles mi curiosidad y perseverancia, y el metabolismo activo del que gozan mis padres, aunque dejaría de lado la diabetes tipo 1 que me tocó en la lotería genética.

Resulta sencillo pensar en la herencia cuando hablamos de personas, pero pensar en la herencia de una planta puede ser más retador, aunque el concepto sea el mismo. El maíz, que tiene un lugar especial no solo en la comida sino en el corazón de todos los mexicanos, también tiene una herencia, un ancestro, un tátara-tátara abuelo llamado teocintle que data de hace más de 10,000 años.

En sus inicios, el estudio del teocintle causó revuelo en la comunidad científica, ¿cómo es que una planta tan distinta al maíz podía estar relacionada con él? Este ha sido uno de los temas centrales en la investigación de este cereal ancestral. Diversos estudios genéticos se han dedicado a esclarecer el proceso de la domesticación y evolución del teocintle al maíz.

El humano primitivo encontró en el teocintle una planta capaz de adaptarse a diversos ambientes y de evolucionar de acuerdo con sus intereses. Un teocintle con mayor rendimiento, granos más grandes, sin cáscara y listo para consumirse es el perfil de alimento que el humano primitivo desarrolló, tal vez con poca noción de lo que podía significar.

Actualmente, el maiz es la base de la dieta de muchos países. Esto se debe a la combinación del contenido de proteína, fibra, aceite, su aporte calórico, y su amplia disponibilidad a nivel geográfico. El teocintle debió tener no solo un atractivo similar sino un valor agregado importante para permanecer en la dieta humana por siglos, sin embargo, poco se sabe de la funcionalidad del teocintle como alimento.

Nosotros estudiamos las propiedades básicas funcionales del teocintle para conocer su contenido de compuestos fenólicos y su asociada capacidad antioxidante. En el maíz, los compuestos fenólicos han sido ampliamente estudiados, siendo uno de los grupos con mayores beneficios a la salud humana, y esperábamos encontrar una historia similar en el teocintle. Imaginen la sorpresa al encontrar que el tátara-tátara abuelo del maíz también posee compuestos fenólicos sino en cantidades 20 veces mayores y con un perfil diferente.

Esta investigación abre la ventana de posibilidades para la aplicación del teocintle en la agricultura moderna y el aporte que podría representar como recurso genético en el maíz. Pero también, al igual que suele ocurrir en ciencia, plantea muchas otras preguntas de este alimento ancestral. ¿Para qué necesitaba el teocintle estas cantidades exorbitantes de compuestos fenólicos? ¿Qué cambios bioquímicos implicó la domesticación? ¿Qué otros compuestos funcionales podrían verse incrementados o disminuidos en el teocintle? ¿Cómo podríamos reintroducir al teocintle en la dieta moderna?

Como dicen, hay que conocer nuestro pasado para entender nuestro presente y prepararnos para un mejor futuro.

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Para saber más:

  • Mariana Zavala (mariana.zavala@itesm.mx) es especialista en la recuperación y análisis de metabolitos secundarios con propiedades nutracéuticas en cereales y maíces.
  • Zavala-López, et al. Screening of major phenolics and antioxidant activities in teosinte populations and modern maize types. Journal of Cereal Science, 79: 276-285. https://doi.org/10.1016/j.jcs.2017.11.007

 

 

 

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