La buena divulgación de la ciencia

Por Gabriela Faz

Ayudar a disminuir la falta de cultura científica y la percepción distorsionada que se tiene de ésta debe ser el principal objetivo de todo divulgador, y como una herramienta para lograrlo, Martín Bonfil Olivera, químico por formación y comunicador por vocación, dictó la conferencia Introducción a la divulgación científica, impartida en el Tec de Monterrey, campus Monterrey.

Durante la misma, el divulgador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), compartió con aproximadamente 70 asistentes entre académicos, investigadores y estudiantes de posgrado, algunas ideas clave para entender y lograr una buena divulgación científica.

Utilizando como inspiración a Savater, que decía “Contar una historia, describir un personaje, narrar un enfrentamiento de vida, es la mejor forma que tenemos para transmitir una experiencia, porque la vida no nos llega como razón, nos llega como narración y como imaginación”, Bonfil habló sobre el incipiente camino de esta rama de la comunicación en nuestro país y sus principales retos.

“Cuando se está dentro del ámbito científico te das cuenta que el resto de la gente percibe la ciencia de una forma distante, ajena”, comentó Bonfil, “… y el principal problema es la falta de cultura científica”.

Justamente tratar de disminuir esa percepción y falta de cultura es la labor del divulgador, por lo que el conferencista compartió algunos consejos y conceptos indispensables para comunicar ciencia.

Requisitos para divulgar

El principio de toda buena divulgación científica, comentó, es entender que divulgar no es lo mismo que hacer ciencia, sino que para lograrlo se debe representar una versión de la ciencia a través de medios escritos, auditivos o visuales.

Y aquí es en donde se encuentra el principal reto, que es saber conciliar entre la comunicación y el rigor científico. “La divulgación reformula la ciencia para presentar al público una versión que le sea accesible, entendible e interesante, pero al mismo tiempo fiel a la realidad”.

Durante su charla Bonfil también presentó el modelo del trípode, que promueve la presentación de la información bajo las siguientes características: que sea Interesante (amenidad), Rigurosa (fidelidad) y Accesible (claridad).

Además, destacó que la labor del divulgador debe ir más allá de sólo presentar información generada por un científico, “un divulgador también puede difundir la información, explicarla, interpretarla, opinar, comentar, crear y aportar nuevas ideas”.

Por último, destacó que los fines prácticos de la divulgación son numerosos, “A través de ella se puede enseñar, entretener, divertir, despertar vocaciones científicas, democratizar el conocimiento científico, informar a los ciudadanos y combatir seudociencias y charlatanerías”, finalizó.

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Martín Bonfil Olivera es divulgador científico de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM, donde se dedica a la divulgación científica por escrito. Escribe la columna semanal “La ciencia por gusto” en Milenio Diario, la columna mensual “Ojo de mosca” en la revista ¿Cómo ves?, y ha colaborado en radio y TV con cápsulas de ciencia.

Sus datos de contacto son:
mbonfil@unam.mx
Twitter: @martinbonfil65
Facebook: martinbonfil
www.lacienciaporgusto.blogspot.com

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