La pobreza en México tiene rostro femenino

-Por Gabriela Faz


La Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala que la inclusión de las mujeres a la esfera económica de las naciones, no solo se refiere al acceso a un trabajo, sino a que éste sea digno y productivo para detonar así su desarrollo tanto individual como familiar.

Y en esa arista, aunque existen esfuerzos importantes, todavía queda mucho por hacer, “sobre todo en países con economías emergentes y culturas que históricamente han privilegiado para las mujeres el rol de cuidadoras de los hijos y responsables de las tareas del hogar”, comentó el Dr. José Carlos Vázquez Parra, investigador de este trabajo.

Por ello, el papel que juega el otorgamiento de microcréditos bancarios resultó pieza clave para desarrollar un trabajo de investigación multidisciplinario sobre los hábitos económicos y de consumo de las familias mexicanas, y en específico, para analizar su impacto en el empoderamiento de las mujeres que se encuentran en situación vulnerable.

Por parte de la Escuela de Humanidades y Educación, los doctores José Carlos Vázquez Parra, Florina Arredondo y Luz María Velázquez, del área de Estudios Humanísticos en Guadalajara y Monterrey, junto al doctor Raúl Montalvo de la EGADE Business School en Guadalajara, fueron quienes otorgaron un interesante giro a los datos econométricos que ha habían sido obtenidos previamente por la EGADE, y los enfocaron en determinar cómo los microcréditos pueden afectar o beneficiar a las mujeres en México.

“La riqueza de integrar equipos de expertos con diferentes especialidades es el poder utilizar recursos de gran valor y analizar una problemática desde otras perspectivas totalmente diferentes”, comentó el doctor Vázquez. También destacó que la colaboración del doctor Montalvo otorgó una gran cantidad de datos sobre los hábitos de consumo de los mexicanos que viven en áreas vulnerables de la Zona Metropolitana de Guadalajara, en México.

“Obtuvimos datos muy interesantes como en qué gastaban su dinero las mujeres mexicanas, que tanto podían ahorrar, si habían tenido acceso a algún tipo de microcrédito y para qué lo habían utilizado” y con esa información “trabajamos hacia una reflexión sobre lo que representan los créditos en la vida de las mujeres”, mencionó el doctor Vázquez Parra.

La influencia de la banca en temas de género

Por otra parte, con la frase “La pobreza en México tiene rostro femenino”, la doctora Florina Arredondo explicó que históricamente la pobreza ha afectado con mayor fuerza a las mujeres, y destacó que en nuestro país las mujeres también son las más afectadas por el desempleo y el subempleo; particularmente en las zonas rurales, por tener menos preparación para hacerle frente a la vida.

“El microcrédito con una buena orientación hacia la mujer puede ayudar a reducir la pobreza en México, ya que una mujer en situación vulnerable que logra salir de la pobreza, logra también beneficiar a toda una familia. Por ello, habilitar su inclusión económica con los apoyos sociales necesarios es un deber moral para quienes generan fuentes de empleo”, destacó.

Y justamente con un adecuado impulso hacia los microcréditos, se puede lograr una estrategia certera para impactar positivamente tanto en los hogares tradicionales, como en los monoparentales, que estadísticamente están a cargo de las madres. 

¿Hacia dónde se dirige esta investigación?

La investigación, publicada en la revista Horizontes y Raíces por la Universidad de La Habana, partió del supuesto de que algunos programas de microfinanciamiento pudieran no estar generando los mejores resultados debido a la falta de una promoción efectiva al empoderamiento de las mujeres, y a su inclusión al mercado económico a través de la inversión y del ahorro.

En el estudio se les preguntó a las mujeres sobre el destino hipotético que le darían al dinero obtenido de un microcrédito a través de tres posibles opciones: inversión, ahorro y consumo, obteniendo esta última el 90.06% de los resultados, y dejando de lado a la inversión, con tan solo el 6.63% de respuestas favorables, siendo que justamente esta es la variable necesaria para lograr un mayor progreso a largo plazo.

Fuente: Una aproximación a los microcréditos como opción para el empoderamiento económico de las mujeres en situación vulnerable. 17 F. G. Arredondo Trapero; R. F. Montalvo Corzo; J. C. Vázquez Parra & L. M. Velázquez Sánchez Horizontes y Raíces · Vol. 4 · No. 2 · Julio-Diciembre 2016.

 

“Ante estos resultados, determinamos la necesidad de articular el funcionamiento de las microfinancieras y orientarlas hacia una mayor capacitación, asesoría y acceso a redes especializadas que ayuden, desde una perspectiva ética, al empoderamiento económico de las mujeres en situación de vulnerabilidad”, explicó el doctor Vázquez Parra.

La importancia de la ética en este proceso

Es muy importante mencionar que la ética en los microcréditos se debe asociar directamente con la inclusión económica de la base de la pirámide.

“Este sector de la población normalmente no cuenta con las garantías necesarias y de respaldo que demanda un crédito bancario tradicional, pero con un acceso adecuado y ético a los microcréditos, se puede posibilitar el que una persona subsista por sus propios medios y que no dependa de otros, es decir, se puede promover la autonomía”, comentó la Dra. Florina Arredondo.

También mencionó que hay una ética a seguir en las tasas y condiciones impuestas para el otorgamiento de recursos, ya que se debe asegurar que las personas que reciban un microcrédito puedan pagarlo en el tiempo convenido y que además le vayan a otorgar un destino adecuado.

“Si en lugar de usar los recursos económicos obtenidos de un crédito para ejercer un oficio, se destinan a la adquisición de un bien de consumo que no ayudará a generar ingresos, la situación económica de la persona se agravará y entonces los microcréditos no servirán para mejorar la calidad de vida de esas personas”.

Una vez analizados estos escenarios, el siguiente paso de este equipo de investigadores multidisciplinarios será buscar una alineación de los microcréditos otorgados por la banca y las microfinancieras hacia la inclusión económica y hacia la inversión, para ayudar así a disminuir la brecha de pobreza y de desigualdad de género.

“Las deudas jamás se pueden combatir con más deudas, sobre todo cuando se otorgan microcréditos sin capacitación y que no están destinados a promover el emprendimiento y la generación de recursos”, finalizó el Dr. Vázquez Parra.

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