La perspectiva macroeconómica de México frente al COVID-19
Por Raúl Montalvo
Desde el pasado mes de diciembre, el mundo ha vivido momentos de creciente incertidumbre cuando los primeros casos del entonces llamado Coronavirus y ahora COVID-19 empezaran a notificarse en la ciudad de Wuhan, en la provincia de Hubei, en China. Lo que entonces parecía lejano para muchos países que seguían teniendo actividades normales se ha convertido ahora en una pandemia de gran escala que ha puesto en jaque a gobiernos, empresas y sociedad, presentando un reto de enormes dimensiones sociales, políticas y económicas. Cuando al principio se pronosticaba un crecimiento global que oscilaría en una recuperación de la economía a niveles del 3%, ahora ha implicado ajustes que lo llevan al día de hoy a niveles de 1.5%, sin embargo, es importante mencionar que esta historia se escribe día a día por lo que se debe estar vigilantes de la evolución de la pandemia y sus respectivos efectos. Grandes economías como la china, francesa, británica, alemana, norteamericana, entre otras, han visto ajustes a la baja en sus previsiones de crecimiento que van desde medio punto a niveles por encima de un punto porcentual de caída.
Grandes economías como la china, francesa, británica, alemana y la de EEUU ya han visto ajustes a la baja en sus previsiones de crecimiento
Por poner un ejemplo, las expectativas de consumo e inversión se han visto irrumpidas por un cada vez más exponencial crecimiento en el número de contagios, que ha alcanzado, mientras este artículo se publica, más de 2 millones de personas contagiadas. A pesar de que países como China y Corea del Sur están ya experimentando una tendencia negativa de número de contagios, otros países principalmente en Europa, otras regiones de Asia incluso Latinoamérica experimentan crecimientos exponenciales en esta fase de la pandemia. Esto sin duda ha mermado las expectativas, un índice como el Purchasing Managers’ Index (PMI) que consulta a 400 ejecutivos senior en 19 sectores líderes de escala global, coloca los efectos del COVID-19 como detonadores de una recesión. Cabe mencionar que el PMI implica que si el índice está por encima de 50 hay expansión, por debajo de 50 hay contracción y por debajo de 42 hay recesión; los últimos datos para poner esto en contexto dan un índice alrededor de 26. Si comparamos esta situación con casos como los de la crisis financiera global del 2008 o la crisis derivada del AH1N1, en ambos casos el índice se mantuvo muy cercano al 50 por encima del mismo, lo que nos habla de que, el hecho de que el COVID-19 tenga una cobertura global y no geográfica o sectorialmente focalizada, ha escalado los efectos negativos.
Es importante señalar que el hecho de que China sea el epicentro de la pandemia ahora mundial tiene enormes repercusiones en cadenas globales de suministro de bienes intermedios y finales, así como turismo, niveles de consumo, entre otros. Tan solo en el caso del gigante asiático se pronostica al momento un crecimiento del 5.6% en su economía, esto por supuesto implica efectos contagio a otras grandes economías como las de Estados Unidos y Alemania que están muy vinculadas, por mencionar sólo dos casos.
¿Qué implicaciones puede tener esto para México? Sin duda, varias. En principio China es nuestro cuarto socio comercial en materia de exportaciones y el segundo en importaciones; además, de acuerdo con la OCDE, el 7.7% del valor agregado de las exportaciones mexicanas provienen de China, esto sin mencionar como se comentó anteriormente el efecto de China sobre la economía de Estados Unidos y el mundo, y por ende, en el efecto adicional, sobre la economía mexicana.
Debido a todo esto, a nivel global se están generando diferentes iniciativas, en diferentes contextos y realidades políticas, económicas y sociales, lo cual también se ha visto reflejado en los efectos, tendencias y alcances de la pandemia. Tan solo en lo que a política monetaria se refiere, 50 bancos centrales alrededor del mundo han ajustado sus tasas de referencia a la baja; en el caso de México, el Banco Central de manera anticipada realizó un ajuste a la baja de cincuenta puntos base para situarla en 6.5%.
50 bancos centrales alrededor del mundo ya han ajustado sus tasas de referencia a la baja
Sin duda los fantasmas de la recesión en México asoman ante un adverso contexto en el que hay desafortunadas coincidencias que se presentan al mismo tiempo; por un lado la presencia del COVID-19 implica grandes retos a una economía que depende en una tercera parte de su Producto Interno Bruto de los servicios. Ante el aislamiento y confinamiento social de muchas personas, sectores como el turístico y el restaurantero han visto severamente mermada su actividad. De acuerdo con Open Table, tan solo en el sector restaurantero en los casos de Reino Unido, Estados Unidos, Irlanda, Alemania y Canadá las caídas han oscilado entre 82% y 94%, al mismo tiempo que se espera una caída de entre 12% y 14% en el sector turístico, poniendo en riesgo 50 millones de empleos a nivel global. En el caso de México esto propone un gran reto en una economía donde el turismo representa el 9% de su PIB. Aunado a ello, está la caída de alrededor del 30% en los precios del petróleo, fuente histórica de ingresos públicos, así como la estrepitosa caída de los mercados bursátiles, donde tan sólo en el caso del índice Dow Jones los niveles de pérdida aún con las ganancias acumuladas le hicieron regresar a su estado inicial en el comienzo de la administración Trump, y entre muchas otras cosas a esto habría que añadirle la pronunciada devaluación del peso mexicano que venía oscilando en niveles de entre 18.5 y 20 pesos por dólar hasta escalar a los casi 25 pesos por dólar.
Por supuesto, todo lo anterior tiene grandes implicaciones en materia de consumo e inversión, dos motores de la economía; las ventas de automóviles y el valor en el sector de la construcción, si bien ya venían experimentando caídas, ahora lo harán con mayor rapidez y cierta profundidad, en lo que a compra de bienes se refiere se priorizan en este momento los bienes de consumo rápido sobre los bienes duraderos.
De acuerdo con diferentes instituciones financieras se espera que el impacto sobre la economía mexicana oscile entre una caída de 5.8%, de acuerdo con Scotiabank, en contraste con la expectativa de Monex que propone un 0.8% de crecimiento, recalcando que estos pronósticos seguirán ajustándose dependiendo de la evolución de la pandemia y sus efectos. Lo que es cierto es que en la era reciente de México en 1983, 1986, 1995, 2001, 2009 y 2019 el país ha experimentado tasas de crecimiento del PIB negativos, la gran pregunta que emerge ahora es, si en 2009 la economía de nuestro principal socio y vecino del norte cayó en un 2.5% y la nuestra tuvo una caída de 5.3%, ¿qué podemos esperar ahora que la expectativa de crecimiento para el vecino del norte se sitúa en un -3.8%?
Pero una cosa deber ser cierta, más allá de buscar y enfocar la energía en el pesimismo, es momento de ser innovadores y emprendedores, y de buscar la solidaridad y la cooperación entre los diferentes actores de nuestro país: sociedad, sector privado, gobierno, etcétera. Si bien en otros países se han ya destinado paquetes económicos de ayuda, o hay casos donde los bancos han comenzado a dar prórrogas sobre deuda contraída, o por su parte los consumidores han mostrado apoyo a prestadores de servicios, entre otros, todo ello nos deja ver casos de cómo todos unidos podemos sopesar y adentrarnos en el rol que nos toca y aportar para sobreponernos a esta enorme adversidad que se presenta. Por supuesto que hay y habrá afectaciones ligadas a la profundidad y duración de la pandemia, pero también es cierto que la resiliencia y energía de la sociedad en todo su conjunto, incluyendo autoridades de gobierno y sector privado, unidos y fortalecidos somos el canal principal que conducirá al camino en el que se retome la tendencia positiva de la actividad económica y restauración de la normalidad.
El autor
Raúl Montalvo es director de la EGADE Business School, Campus Guadalajara. Es Doctor en Economía por la University of Essex en Inglaterra. Es líder del Grupo de Investigación en Business Analytics, del Tec de Monterrey. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores.
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Estas reflexiones están basadas en un webinar que el investigador transmitió hace unos días y al que se puede tener acceso en la siguiente liga: https://www.youtube.com/watch?v=q3h5XgzZmMg&feature=youtu.be