Proteínas vegetales: alimentación inteligente y sustentable
Por Michael Ramírez
¿Te imaginas una concha “vegana”, hecha sin productos de origen animal como huevo o leche, pero con el mismo sabor y con mayores atributos nutricionales? Pues esto ya es posible gracias a la tecnología desarrollada y patentada por el Centro de Investigación y Desarrollo de Proteínas (CIDPRO), del Tec de Monterrey.
Este centro de investigación fundado en el 2013 utiliza bioprocesos innovadores y tecnología de vanguardia para crear proteínas en polvo, de origen vegetal y de alto valor nutrimental y funcional.
La doctora Bertha Barba, investigadora del CIDPRO, asegura que dichas proteínas son adaptables a todo tipo de alimentos, desde bebidas, cárnicos, lácteos hasta productos de panadería… como las conchas.
“Tenemos la bandera de lo natural, pues diseñamos proteínas de origen vegetal, particularmente de cereales como la soya y el maíz. Se trata de un protocolo científico a través del cual se analizan los cereales, y con apoyo de investigadores y alumnos de posgrado, se extraen sus principales componentes alimenticios y posteriormente son adaptados -en forma de polvo- a diferentes alimentos y bebidas”, explicó la investigadora.
Comentó que obtener este tipo de proteínas vegetales representa una alternativa sustentable, ya que la proteína animal es muy costosa y su huella ambiental es muy grande. Además, es una solución que permite responder al fuerte crecimiento demográfico a nivel mundial.
El doctor Sergio Serna, director del CIDPRO y líder de Grupo de Investigación “Nutriomics”, del Tec de Monterrey, menciona que el objetivo es producir proteínas de bajo costo, pero con un excelente perfil nutricional y con las funcionalidades específicas para sustituir parcialmente la carne y los productos lácteos.
“A través de la tecnología alimentaria modificamos las propiedades de vegetales como la soya o el germen de maíz para que puedan sustituir productos de origen animal sin sacrificar el valor nutritivo, de tal manera que puedan salir al mercado y producir alimentos análogos, como por ejemplo, un queso fabricado con proteína vegetal, pero con los mismos atributos nutrimentales de la leche de vaca”, explica el investigador.
La doctora Barba dijo que algunas de estas proteínas ya son utilizadas por la cadena de supermercados HEB (en su departamento de Panadería) y la empresa Jugos del Valle, para fortificar algunos de sus productos.
Para la producción de proteínas vegetales, el CIDPRO realiza cuatro grandes procesos de investigación:
1.- Identificación de proteínas nativas y sus materias primas.
2.- Extracción y purificación: Procesos que permiten concentrar y aislar las proteínas.
3.- Modificación estructural: Se realiza mediante procesos y tecnologías emergentes, las cuales permiten modificar la estructura de las proteínas, combinarlas y hacer que se comporten como proteínas de origen animal.
4.- Formulación y solución: La proteína en polvo está lista para sustituir lácteos, huevo, productos cárnicos o enriquecer productos masivamente consumidos, como pan o tortilla.
“Tenemos como meta que los productos de nuestra investigación lleguen a la población a través de diversas fundaciones y programas sociales, pues queremos provocar una mejor alimentación basada en compuestos derivados de productos naturales”, concluyó el doctor Sergio Serna.
DÍA MUNDIAL DE LA ALIMENTACIÓN:
CERO PÉRDIDAS
El 16 de octubre de cada año se celebra el Día Mundial de la Alimentación, el cual fue proclamado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) para concientizar sobre el problema alimentario mundial y fortalecer la solidaridad en la lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza.
Asimismo, es un día para reafirmar el compromiso con el Reto del Hambre Cero, una iniciativa de la ONU para erradicar el hambre en el año 2030 y realizar esfuerzos integrales encaminados a asegurar que cada hombre, mujer, niña y niño puedan ejercer su derecho a una alimentación adecuada.
El Reto del Hambre Cero significa:
– Cero retraso en el crecimiento de niños y niñas menores de dos años.
– Que el 100% de las personas tengan acceso a una alimentación adecuada, durante todo el año.
– Que todos los sistemas alimentarios sean sostenibles.
– Aumentar un 100% la productividad y el ingreso de los pequeños productores.
– Cero desperdicio de alimentos y pérdidas postcosecha.
En relación a esto, el Tec de Monterrey tiene un proyecto de investigación llamado “Cero Pérdidas”, el cual puedes conocer aquí.