La relación entre la salud física y mental

Por María Fernanda Garza Isla
Ciencia Amateur

Cada vez que yo llegaba a mi casa, le platicaba a mi mamá las cosas que me parecían interesantes de mis clases de medicina. Pero siempre me miró extrañada y me preguntaba para qué era necesario que yo estudiara todo eso, si yo como futura psicóloga solo me encargaría de escuchar a la gente y de dar consejos. No supe la respuesta y me quedé callada. Pocas veces mis maestros decían cosas que me hacían relacionar el estudio del cuerpo humano con el comportamiento y los procesos mentales, de hecho, entendí mi labor en el área de las ciencias de la salud hasta que entré a clase de morfofisiología (disciplina que estudia la estructura, forma y función del organismo humano).

En la cultura popular mexicana es común hablar sobre la psicología de dos formas; como un tipo de profesión que se basa en adivinanzas y fuerzas mentales, o como una profesión que solo trata con personas “locas” o “débiles” emocionalmente. Entonces, se infiere que el psicólogo se encarga únicamente de consolar, animar y aconsejar a una persona. La típica pregunta que te hacen cuando saben que estudias psicología o que eres psicólogo es, si ya aprendiste a leer mentes, parece chiste, pero hay personas que lo preguntan con mucha seriedad.

La psicología es una ciencia que se encarga de estudiar el comportamiento humano y los procesos mentales de acuerdo con la genética y los factores ambientales,
entre otros en los que una persona
se desarrolla.

Por ejemplo, una de las áreas que un psicólogo clínico podría practicar es la psicocardiología, que es el área de la psicología que trata los factores psicológicos que pueden originar un padecimiento cardiovascular. En esta área se podría analizar cómo los procesos mentales y el estilo de vida de una persona se involucran en alteraciones en su sistema renal (encargado de mantener una homeostasis, desintoxica la sangre y elimina los desechos) y consecuentemente el sistema cardiovascular.

Lamentablemente el trabajo del psicólogo clínico y de la salud es tan subestimado que los mismos profesionales de esta área, también tienden a dejar el rol del psicólogo fuera del resto de las ciencias de la salud; olvidando que en ocasiones las personas pueden desarrollar padecimientos físicos por algún problema psicológico. Asimismo, olvidan que muchas veces las personas no logran seguir un tratamiento de forma exitosa porque hay algo en ellos que no les permite adherirse de forma efectiva a este. ¿Cómo hacer que una persona con anorexia tome los medicamentos y alimentos que requiere si su actitud es apática y pesimista?

Pareciera que todo lo anterior es cuestión de motivación personal, pero si la persona no tiene las biomoléculas y nutrientes necesarios para el buen funcionamiento de su cuerpo, es evidente que no existirá un intercambio adecuado de neurotransmisores (sustancias químicas producidas en el cerebro que transmiten información). Por consiguiente, todo el sistema metabólico se verá afectado, además de su estado de ánimo y conducta. Es aquí donde podemos reconocer que las reacciones fisiológicas repercuten en el estado mental y el comportamiento.

Cuando comprendemos la importancia del psicólogo clínico y de la salud en las ciencias de la salud y el bienestar integral de las personas, ahora nos preguntamos ¿cómo puede intervenir el psicólogo en el área clínica? Entre las funciones más destacadas encontramos que este profesionista de la salud puede llevar a cabo evaluaciones y diagnósticos, tratamientos e intervenciones a través de la educación y prevención para un mejor conocimiento de la salud mental. Por último, pero no menos importante el área de investigación, que contribuye al mejoramiento de la calidad de vida de las personas de forma integral.

En pocas palabras, el psicólogo clínico puede realizar diferentes tipos de intervenciones en la salud, pero como en todo, siempre existe un límite. Generalmente se piensa que el psicólogo clínico al tener conocimientos básicos de medicina es apto para medicar a las personas. Sin embargo, esto no es así, pues su área fuerte es el estudio y análisis de los procesos mentales, y labora en ello a través de psicoterapia (un tratamiento en el que se trabaja con los procesos psicológicos).

En muchas ocasiones no se considera al psicólogo clínico ya que se piensa que pertenece al área de las humanidades y ciencias sociales. Las personas normalmente recurren a centros médicos que ofertan distintas especialidades para un tratamiento “supuestamente” médico e integral. Sin embargo, incluso en estos se llega a excluir a otros servicios de la salud como nutrición y la odontología, entre otros. En diferentes casos clínicos, la atención médica sectaria (una sola especialidad de las ciencias de la salud) no es suficiente para que las personas alcancen una recuperación completa o de forma eficiente. Por eso, se requiere del trabajo multidisciplinar, un enfoque innovador en donde se incluye a todos los profesionistas de la salud para el tratamiento omnímoda (absoluto) de uno o varios padecimientos.

Ciertamente, la psicología no siempre se puede argumentar desde el punto de vista humanístico. Sí, las teorías y corrientes psicológicas son la herramienta que nos ayudarán a estudiar y comprender el comportamiento de una persona con base en el contexto en el que se desarrolló y desarrolla. No obstante, dejar a un lado la salud física y los hábitos que la han formado sería realizar un trabajo incompleto. El reto del psicólogo clínico es integrarse, para ello deberá romper barreras y estereotipos sociales falsos que se arraigan en la colectividad cultural, demostrar que su profesión va mucho más allá de un simple consejo o una supuesta fuerza mental. Todo esto con el fin de probar que es un miembro importante en el área de salud, porque si él no busca su lugar, nadie más lo hará.

Autora:

María Fernanda Garza Isla, es estudiante de 3er semestre de la Carrera de Psicología Clínica y de la Salud. Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud. Tecnológico de Monterrey, campus Monterrey. Correo electrónico: A01570221@itesm.mx

Referencias:

  • Wood, L., Williams, C., Billings, J., & Johnson, S. (2018). The role of psychology in a multidisciplinary psychiatric inpatient setting: Perspective from the multidisciplinary team. Psychology and Psychotherapy: Theory, Research and Practice. doi:10.1111/papt.12199
  • Compare, A., Germani, E., Proietti, R., & Janeway, D. (2011). Clinical Psychology and Cardiovascular Disease: An Up-to-Date Clinical Practice Review for Assessment and Treatment of Anxiety and Depression. Clinical practice and epidemiology in mental health : CP & EMH, 7, 148–156. doi:10.2174/1745017901107010148
  • Ferguson, C. J. (2015). “Everybody knows psychology is not a real science”: Public perceptions of psychology and how we can improve our relationship with policymakers, the scientific community, and the general public. American Psychologist, 70(6), 527–542. doi:10.1037/a0039405

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