El coronavirus, China y… ¡la minería!
Por Francisco Javier Valderrey
Artículo de divulgación científica
Los efectos del coronavirus COVID-19 se han extendido más allá del ámbito de la salud, por lo que no debe extrañarnos la mención de ese tema. Menos aún sorprende escuchar sobre el país asiático, directamente relacionado con el inicio de la pandemia y con tantos otros asuntos que ya resultan cotidianos. Pero, ¿qué tiene que ver la minería con China y el coronavirus? Pues bastante más de lo que imaginamos, ya que las repercusiones del COVID-19 están alcanzado una magnitud insospechada en la economía y obligarán a México a buscar ingresos adicionales. La solución más inmediata apunta hacia el aprovechamiento de nuestros abundantes recursos naturales, especialmente en la minería, sector que aporta aproximadamente un 4% del PIB nacional, genera un alto número de empleos y atrae inversión extranjera directa. Es una industria que deslumbra con sus destellos de prosperidad y riqueza.
La pandemia ya está generando cuestionamientos
sobre el tipo de sociedad que queremos construir post-coronavirus
La minería está intrínsecamente ligada al progreso de la humanidad en todas sus etapas: la edad de piedra, de cobre, de bronce y de hierro, así como a los avances en las técnicas de extracción y fundición de metales, que permitió a los españoles inundar al mundo de monedas de plata provenientes de las minas andinas del Potosí. La industria minera abarca múltiples actividades, aunque el denominador común es la explotación de minerales acumulados en la corteza terrestre. A nivel mundial, China, Estados Unidos, Rusia y Australia ocupan los primeros cuatro lugares en términos del valor monetario de la extracción minera en su suelo, con México en el décimoquinto lugar. Nuestro país es el primer productor mundial de plata, tiene abundantes reservas de minerales estratégicos, siendo también el primer receptor de inversión en explotación minera en América Latina y el cuarto en el mundo.
No es oro todo lo que reluce
El brillo del oro sigue cautivando, aunque pocos sectores generan tanta controversia como la minería; al deterioro ambiental se une el impacto sobre la población de las áreas tocadas por la extracción minera, lo que sin duda influye en las negativas a conceder permisos de explotación o en la revocación de licencias previamente autorizadas. Por lo tanto, resulta imprescindible conocer a los posibles socios, antes de iniciar proyectos donde se manejan fibras mareantes. Como puede observarse en la gráfica 2, la minería en México depende en gran medida del oro, el cobre, la plata y el zinc. Además, se concentra en pocas manos y muy pocas banderas, como son las de Canadá, Estados Unidos, China, Australia, Corea del Sur, Japón, Reino Unido y España; a partir de esa última nación la presencia de otras se diluye notablemente. Pese a la alta concentración por naciones, el rango de éstas es lo suficientemente amplio como para relacionarlo con los estereotipos asociados a esos países. Uno de ellos, China, probablemente sea el que hoy tenga mayor potencial de inversión en Mexico, pero en nuestro imaginario colectivo también comparte el primer lugar en cuanto a las prácticas nocivas de sus empresas.
En el Grupo de Investigación con Enfoque Estratégico en Strategy and Management of Organizations in Emerging Economies quisimos evaluar la incidencia de las empresas mineras chinas en nuestra región. Lo hicimos conforme a la base de datos del Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina (OCMAL), organización que registra las externalidades negativas de las empresas mineras en América Latina. El OCMAL clasifica acciones violatorias de derechos personales y sociales en cuatro categorías: integridad física y salud de las personas, contaminación del medio ambiente, derecho a la propiedad y libertades fundamentales.
El COVID-19 fomenta la necesidad de nuevos modelos de negocio que impulsen
un desarrollo sostenible
Nuestro estudio Minería, movimientos sociales y la expansión de China en América Latina (Valderrey y Lemus, 2019) confirma las intuiciones sobre las empresas chinas. Los resultados de la investigación muestran que, en ausencia de claridad en el marco legal, las mineras chinas violan las normas éticas mientras que la ley lo permita, o hasta que las comunidades locales adquieran suficiente poder de negociación y resistencia, constituyéndose como movimientos sociales. Lo sorprendente es que sus procedimientos suelen ser similares a los de otras empresas mineras, independientemente de su origen. Las prácticas nocivas del sector corresponden a empresas de cualquier país, por más que intuitivamente asociemos a algunas naciones con reglas claras de gobernanza y el compromiso con la comunidad local.
Decisiones para un futuro que ya llegó
La coyuntura económica pronto nos empujará a buscar inversiones y generar oportunidades laborales que no serán del agrado de todos. Probablemente la minería encabece una magra lista de alternativas y las empresas chinas ya están tocando a nuestras puertas, como lo demuestra su inversión en la mayor mina de litio del mundo recientemente descubierta en Sonora.
Ya sabemos que no necesitaremos filtrar a los inversionistas de acuerdo a su nacionalidad; más bien habrá que dirigir nuestros esfuerzos hacia generar reglas más claras para las actividades de la minería en México, esperando sentar un precedente global. Las ideas generales ya están planteadas por la consultora Deloitte y apuntan hacia una gestión social de esas actividades, la autoregulación de las organizaciones y la inclusión de avances tecnológicos en múltiples fases de la operación de extracción, logística y comercialización de los productos.
Las líneas de intervención sugeridas se refieren tanto a empresas de China como de cualquier otro país y nos enlazan nuevamente con el coronavirus Covid-19. La pandemia, en su vertiente positiva, ya está generando cuestionamientos sobre el tipo de sociedad que queremos construir post-coronavirus, la contribución de los diferentes actores al bienestar común y la necesidad de nuevos modelos de negocio que impulsen un desarrollo sostenible. En breve tendremos que tomar decisiones importantes, por lo que más que nunca habrá que pensar en esquemas que nos lleven a una sociedad más armoniosa. La minería nos ofrece el primer reto.
El autor
Francisco Javier Valderrey Villar es Doctor en Administración de Empresas por la Universidad de Valencia, España. Es profesor titular de la Escuela de Negocios en el Tec de Monterrey, Campus León, y está adscrito al Grupo de Investigación con Enfoque Estratégico en Strategy and Management of Organizations in Emerging Economies. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores. francisco.valderrey@tec.mx
El artículo de investigación “Minería, movimientos sociales y la expansión de China en América Latina”, de Francisco Javier Valderrey y Daniel Lemus, está disponible en el DOI: http://dx.doi.org/10.12804/revistas.urosario.edu.co/desafios/a.5998
¿Quieres saber más?
- De la Fuente, A., Jiménez, S., Llano, M., Olivera, B. y Sandoval, A. (2018). Las actividades extractivas en México. Desafíos para la 4T. Fundar, México.
- Deloitte. (2020). Tracking the trends 2020: Leading from the front. Recuperado 15 marzo, 2020, de https://documents.deloitte.com/insights/Trackingthetrends2020
- Federal Ministry for Sustentability and Tourism. (2019). World Mining Data 2019. Recuperado 10 marzo, 2020, de https://www.world-mining-data.info
- Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina, OCMAL (2020) Recuperado 12 marzo, 2020, de https://www.ocmal.org/
- Servicio Geológico Mexicano. (2020). Recuperado 15 de marzo, 2020, de https://www.gob.mx/sgm
- Valderrey, F. y Lemus, D. (2019). Minería, movimientos sociales y la expansión de China en América Latina. Desafìos, Universidad del Rosario, Colombia.